Por Sabino López //

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El 17 de septiembre de 2009
salía publicado en IUSPORT un artículo de opinión titulado LA
UEFA Y EL JUEGO LIMPIO FINANCIERO
, y en él se denunciaba, por mi parte,
el afán  intervencionista que algunos muestran para salvar el fútbol de las
“garras” manirrotas y  sin principios de los dirigentes.

En estos días
salta la noticia que un representante de jugadores, con nacionalidad belga,
denuncia ante la Comisión Europea la normativa UEFA del “Juego Limpio
Financiero” y, en  concreto, el artículo 57 del Reglamento UEFA que establece
que los clubes “no pueden  gastar más de lo que ingresan”.

Entiende el
denunciante que es un “acuerdo entre empresas” que crea unas condiciones que
limitan la libre competencia entre clubes y restringe la libre circulación de
capitales  y  trabajadores.

Decía, en el artículo de 17 de septiembre de
2009, y sigo manteniendo, que la frase de que “clubs no pueden gastar más de lo
que ingresan” suena muy bien y tiene una carga de  demagogia que propicia el
aplauso fácil.

En estos tiempos que estamos viviendo de crisis económica,
cada día nos llegan wp_posts de  empresas que, con una deuda muy importante,
tanto pública, Hacienda y Seguridad Social,  como privada, en una situación
económica muy débil, buscan refinanciar la deuda, plantean  un preconcurso de
acreedores para aplazar la deuda, entran en concurso de acreedores o las
entidades financieras les conceden un crédito para salvar la
situación.

En momento alguno se lee que a las empresas en dificultades
económicas se les expulse del  mercado propio de su actividad.

A
Pescanova, por ejemplo, con una deuda de tres mil quinientos millones de euros,
no se le prohíbe el que siga desarrollando su actividad.

Su actividad
decaerá por las condiciones económicas que tiene que le impiden estar en el
mercado con las garantías y condiciones adecuadas para poder competir. Pero
ninguna organización empresarial puede obligar a Pescanova, “como gastó más de
lo que ingresó”, a  vender sus productos sólo en Pontevedra y no en el mundo
entero. Puede ser que se vea  obligado a vender sus productos sólo en
Pontevedra, pero no por que lo imponga una  organización empresarial, sino
porque con los recursos que le puedan quedar no tiene  capacidad para salir más
allá de Pontevedra.

Puede ocurrir que, después de los avatares
societarios y jurídicos a los que se ve abocada, por aplicación del ordenamiento
jurídico, Pescanova sea liquidada o quede en el  mercado con una capacidad de
funcionamiento y organización igual, mayor o inferior a la  que actualmente
tiene. Si ordena, de manera adecuada, su deuda con los acreedores, llega
capital que compre sus acciones o las dos situaciones a la vez, Pescanova
seguirá en el  mundo empresarial sin haber sido expulsada del sector.

No
hay duda que lo dicho para Pescanova se puede aplicar a grupos de comunicación
que, con  una deuda parecida a la de Pesacanova, están intentando ordenarla,
vendiendo activos,  buscando refinanciarla, reduciendo gastos con despidos de
trabajadores, etc. y, por ello,  no hay wp_posts de que la Asociación de la
Prensa les obligue a vender sus periódicos solo  en Cuenca, ya que gastaron más
de lo que ingresaron

Se podía seguir poniendo ejemplos y ejemplos de
situaciones parecidas en todos los sectores económicos.

Por todo esto,
llama la atención el afán purificador que el Sr. Platiní quiere dar con el
denominado “Juego Limpio Financiero” al que muchos se adhieren con
entusiasmo.

Cuando un club de fútbol profesional, sociedad anónima, entra
en una situación de no poder  pagar a sus acreedores, el ordenamiento jurídico,
a instancias de la propia sociedad  anónima o de cualquiera de los acreedores,
propicia una serie de actuaciones, al igual que  en los otros sectores
económicos, que lo único que persiguen es que la empresa pueda  seguir con su
actividad económica o se liquide.

A través del ordenamiento jurídico, y
solo a través de él, se decidirá que la sociedad anónima deportiva pueda
continuar o liquidarse, de tal suerte que, en base a la situación en que quede
la sociedad, podrá soportar una actividad económica u otra y ello determinará
que siga en el fútbol profesional o no.

Si sus ingresos han de ser
destinados, en su mayoría, a pagar las deudas aplazadas, como consecuencia del convenio suscrito con sus acreedores, no
podrá disponer de recursos  suficientes para tener una plantilla de jugadores
importante y, en su consecuencia, no  podrá permanecer en el fútbol profesional
y lo más lógico es que, fuera del fútbol profesional, no tenga ingresos suficientes para cumplir el convenio de acreedores y  termine
siendo liquidada.

Pero han de ser las consecuencias de la aplicación del
ordenamiento jurídico, el mercado y  la competición las que determinen si una
sociedad anónima deportiva o un club de fútbol  profesional ha de seguir en la
competición  profesional o no.

Entiendo por ello, que lo dicho en mi
artículo de 17 de septiembre de 2009 sigue siendo  válido, y por ello considero
como positiva la reclamación ante la Comisión Europea del  representante de
jugadores belga que persigue el que se declare nulo el artículo 57 del
Reglamento de UEFA que establece que los “clubs no pueden gastar más de lo que
ingresan”.

Esperemos y es mucho esperar que la Comisión Europea no esté
contaminada por los  planteamientos fáciles y demagógicos que anidan en la
mayoría de los políticos que buscan  el aplauso fácil.

A los políticos
les ocurre lo mismo que aquellos directivos de Cajas de Ahorro que  pontificaban
sobre el fútbol, cantando lo despilfarradores que eran los dirigentes del
fútbol y el tiempo vino a decir que los despilfarradores -y alguna cosa más-
eran ellos.

 

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