Por Xavier-Albert Canal Gómara //
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Sin tiempo para hacer una digestión como mandan los cánones me dirijo a la que será mi segunda, y si la suerte no me acompaña, última asamblea de compromisarios.
De los más de 4.000 convocados, los asistentes no llegamos a 600. Puntualmente, el Presidente toma la palabra para explicarnos los éxitos del último año, adornado con videos de goles y levantamiento de copas, pero también para recordar el momento que nadie deseaba: la dimisión obligada del entrenador, Tito Vilanova, por enfermedad. Déjenme que desde estás líneas le desee una rápida y total recuperación. Pero como hay que llenar el tiempo, aprovecha para hacer un repaso de la gestión de sus tres primeros años de mandato. Casi una hora en la que, como hizo el año pasado, se reafirma en el derecho que tiene el pueblo de Cataluña a decidir, que somos pioneros y ejemplo mundial en la prohibición de fumar en el estadio, que seguimos con beneficios pese a la compra de Neymar, a vueltas con que el socio decidirá si habrá nuevo estadio o remodelación del existente, momento gag televisivo cuando afirmó que el 25% de las socias son mujeres y que se descarta la grada de animación, pero que cuando uno va al Camp Nou se da cuenta que hay un grupo que cumple con la definición, tambor incluido, en el gol sur.
Se pasa a los aspectos económicos. Constantes referencias a la herencia recibida pero que, gracias a sus habilidades, las cuentas van saneándose.
Se presenta el presupuesto de la temporada en el que no se prevé llegar a semifinales de la Champions. Eh! Que yo quiero Copa, Liga y Champions!
Cada vez quedan menos compromisarios cuando llega el punto fuerte del día: aprobar en bloque unos nuevos estatutos. El secretario, letrado, se ventila las modificaciones sin tiempo que los compromisarios las procesen. Pocos son los que las han leído previamente. En el turno de preguntas y respuestas te enteras que las multinacionales provocan el cambio de un artículo fundamental. Ahora la asamblea ya no deberá autorizar la publicidad en la camiseta, sino que ratificará lo que haya decidido la Junta y ello porque a las multinacionales no les gusta que se hagan públicos los acuerdos antes que esté todo atado y bien atado. Me pregunto si la multinacional que acuerde con la junta dicha publicidad no exigirá cláusula penal caso de no ratificación o, incluso, si una asamblea será capaz de votar en contra a un acuerdo de este tipo. Ya no se hizo con Qatar. Otro punto interesante es la venta de entradas por el sistema fan to fan, léase Viagogo, que están prohibidas y penalizadas. Secretario de la Junta dixit. Veremos. Y el que lo borda. Prohibición de endeudamiento por encima de unas duras ratios. Ahora nos podremos amparar en unos Estatutos aprobados por los socios para vender algún crack y mantener saneada la entidad.
Para votar la que llaman Carta Marga del Club quedamos menos de cuatrocientos compromisarios. Necesitan dos terceras partes para aprobarlos. Casi no llegan. Los votos de los miembros de la Junta, más los de las Comisiones económica y disciplina, hacen que se supere el cuórum de aprobación por tres votos.
En el informe del Síndico del Socio ya quedamos cuatro y el cabo, pero es lo mejor de la tarde, ya casi noche. Vale la pena buscarlo y escucharlo.
En fin, como siempre, el órgano soberano del club se conforma con poca asistencia y para la Junta es un trámite obligado del que le gustaría prescindir, por lo menos esa es la sensación que te queda. Si la pelota entra, al socio que no le busquen.