Durante años y años el mundo del deporte viene comentando de boquilla auténticos
secretos a voces: los malos modos de tal o cual técnico.

Algunos de los
episodios relatados por las nadadoras son escalofriantes. «Esta medalla no te la
mereces, no has hecho nada por conseguirla… Es para mi hija, que le hace mucha
ilusión». Esto lo cuenta la nadadora Paola Tirados, refiriéndose a los hechos
acaecidos cuando la ex seleccionadora española de natación sincronizada le
gritaba al tiempo que le arrancaba la insignia del cuello cuando aún no había
terminado de descender del podio.

Otro episodio: «No vengas a hacerte la
estrecha, si te has follado a todo lo que se mueve», recuerda Ana Violán que le
gritaba cuando apenas tenía 14 años y su cuerpo no conseguía alcanzar la
posición necesaria en uno de los entrenamientos. Violan cuenta otra vejación:
«Anna, ¿puedo salir del agua un momento a vomitar?», preguntaba Violan en una
sesión de preparación. «¡No!», contesta Tarrés, «¡Trágatelo que aún te queda una
hora y media para terminar! Si no, fuera, te vas a tu casa y no vuelvas».

Las experiencias vividas por las nadadoras revelan que, de alguna
manera, Tarrés les hacía creer que era una figura inamovible, implacable y que
siempre tendría el poder.

El relevo acordado por la Federación
española

La Real Federación Española de Natación comunicó el cese de
la ex seleccionadora recientemente, antes de que estallara el caso. Una noticia
que cogió por sorpresa al mundo del deporte, excepto, claro, a las deportistas
que la sufrieron durante tantos años. Ahora ya nadie desconoce las verdaderas
razones que impulsaron a la Federación a rescindir el 6 de septiembre un
contrato que expiraba el 31 de diciembre. El presidente de la Federación
Española reconoció anoche en el programa El Larguero de la cadena Ser que Paola
Tirados le comunicó los hechos en 2009, y declaró que la medalla arrebatada por
Tarrés aun está en la caja fuerte de la Federación «a disposición de Paola
Tirados». Esto es muy grave y requiere la depuración de responsabilidades a
todos los niveles.

Punto de inflexión

En todo caso, lo
acontecido debería servir como punto de inflexión. Las entidades deportivas, los
clubes y federaciones principalmente, deben activar cuanto antes mecanismos de
control que eviten episodios denigrantes como el que ahora ha saltado -menos
mal- a la opinión pública. Unos cauces que permitan a los deportistas denunciar
este tipo de hechos cuando se producen, al tiempo que salvaguardan sus intereses
en el seno de la plantilla, y a las entidades hacer un seguimiento del trato de
los técnicos a los deportistas y sus metodos de trabajo sin que el resultadismo
prime sobre la dignidad humana.

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Por IUSPORT

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