Por Javier Rodríguez Ten //

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Antes de entrar en materia, la suerte quiso que en el sorteo inicial sacara la Real Sociedad, porque el desarrollo de los acontecimientos habría sido ligeramente distinto de ser al contrario, y aunque las consecuencias son similares, el encaje legal es diferente, y resulta curioso analizarlo como punto de partida.

 
Al sacar de centro la Real Sociedad, el partido comienza y lo que se produce es una negativa a la reanudación del juego mediante un saque de banda por parte del equipo (los jugadores), que habían comparecido (lo que genera la aplicación del art. 77.5 del Código Disciplinario de la RFEF). Si hubiera sido al contrario, lo que se habría ocasionado es la negativa a iniciar el encuentro por parte del Rácing, en cuyo caso el aplicable habría sido el artículo 79, aunque es irrelevante porque el art. 79 remite al art. 77 a efectos sancionadores. Es más, si el que se hubiera negado a participar fuera el Club (y se habría presumido si los jugadores no se hubieran presentado en el estadio), el precepto aplicable habría sido el art. 77.4.
 
En cualquier caso, al Rácing le darán la eliminatoria por perdida y le prohibirán participar en la siguiente edición de la Copa de S.M. El Rey (el castigo es mejorable: debiera ser la próxima edición para la que se clasifique). Además, impondrán una multa al Club, que no anda muy sobrado económicamente. Hasta aquí, lo fácil. Lo difícil empieza ahora.
 
La reglamentación federativa prevé que el infractor, si es el visitante, indemnice al club local por la pérdida de taquilla que le ha ocasionado (en este caso no concurre). Y a la RFEF si incumple lo establecido en materia de retransmisión de los partidos. En este caso, el partido era retransmitido por Canal Plus, por lo que… dicha cadena puede exigir los daños y perjuicios ocasionados por la suspensión al organizador del partido (RFEF o LFP, que no lo tengo claro, hay que ver el Convenio de coordinación). Y el organizador, al Rácing. Y el Rácing, a los jugadores. Ojo. Porque, además, el Rácing puede repercutir a los jugadores la sanción económica que se impondrá por la RFEF. Y aplicarles alguna otra adicional conforme a su reglamentación interna. Otra cosa es que la razón que asiste a los jugadores motive que el sentido común impere y el Club se abstenga de hacerlo, en cuyo caso los administradores se arriesgan a las correspondientes acciones de responsabilidad. La cosa no es tan sencilla.
 
Pero vamos más allá. La forma en la que se ha provocado la suspensión hace inevitable que se aplique el art. 84 del Código Disciplinario, que dice lo siguiente: «Las personas que fueran directamente responsables de la incomparecencia prevista en el artículo 77 serán sancionadas con suspensión de dos a seis meses, como autores de una infracción de carácter grave». Y en esta ocasión, toda España ha apreciado que han sido los once jugadores. ¿Es que nadie les ha aconsejado hacerlo de otra manera, como pudiera haber sido forzar la expulsión por doble amonestación por mostrar una protesta bajo la camiseta en dos ocasiones? ¿O no presentar suplentes e ir sufriendo una «lesión» en cada jugada, hasta quedar con seis jugadores? Y ello implica además que se les aplique el art. 133, que prevé una multa accesoria de 30 ó 120 euros por partido o mes de suspensión a cada jugador.
 
Es decir, que los jugadores del Rácing probablemente serán sancionados con dos meses de suspensión y con ello el ascenso a la Liga Adelante muy perjudicado (si es que el órgano disciplinario no busca una fórmula para atenuar o eximir la sanción, dadas las circunstancias concurrentes, lo que no resulta sencillo), más la multa accesoria, y pueden ser objeto de reclamación de la multa económica que se imponga y de la indemnización por incumplimiento de la retransmisión del partido. 
 
Y de manera añadida, salvo error, al haberse iniciado el encuentro los aficionados no tienen derecho a la devolución de su entrada. La guinda (aunque parece que a aquéllos no les importa demasiado, porque apoyan al equipo y la decisión adoptada).
 
Ahí es nada. Estamos con los jugadores. ¿Pero realmente se había pensado en todo esto?

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