Por Javier Rodríguez Ten //
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En aquel verano de 2010 se denegó la licencia UEFA al Mallorca por su situación concursal. El club recurrió a un experto en la materia para defender sus intereses, y este optó por acudir al juez del concurso para solicitar la defensa de la Licencia UEFA.
El juez sustituto, con una «enorme» visión de la materia en juego, consideró que no era urgente resolver el asunto (la juez titular estaba de vacaciones), que se podía esperar hasta septiembre. Im-presionante. Vamos, que decidir sobre el particular antes de empezar las rondas iniciales de la Europa League era irrelevante a hacerlo a mitad de competición, con otro equipo en su lugar (el Villarreal). Y por ello el Mallorca quedó fuera de Europa.
A partir de ese momento se empezó a atacar a Javier Tebas por haber optado por la vía judicial. A toro pasado, lo correcto era el TAS. Y a este juego se apuntaron periodistas, directivos e incluso aficionados, y algún que otro jurista.
Meses después la cuestión se resolvió a favor del Mallorca. La RFEF debería haberse abstenido de perjudicar la participación en Europa de la entidad balear. Pero nadie levantó la voz para entonar su «mea culpa». Una resolución que bien jugada puede generar una indemnización, aunque difícilmente una reparación «in natura», que es lo que los aficionados habrían deseado (VER RESEÑA). Una resolución que evidencia que el juez sustituto… en fin, dejémoslo estar.
Años después, en un supuesto similar, el TAS se ha inhibido respecto de una reclamación sobre la Licencia UEFA. Si se hubiera usado entonces esta vía, con dicho resultado, parece claro que «a toro pasado» se habría criticado la decisión de no acudir a la juez del concurso. Seguro.
Este segundo «toro pasado» entierra por completo a quienes defendieron de manera vehemente e incluso exabrupta que lo correcto era acudir al TAS. Y dado que dicha opción no habría prosperado… otra oportunidad de disculparse para quienes perdieron en su momento la oportunidad de estar callados. Y es que en esto del Derecho deportivo hay demasiados «expertos»… de eso nos ocuparemos en un próximo comentario.