Por Blas López-Angulo //

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Cuando no escribía del deporte rey mis artículos de fondo eran casi secretos, pero, luego, el azar que me puso a contar cuanto él desata, me llevó a publicar en periódicos mis textos.

Son un largo divagar por las tardes cobardes, donde tranquila cavila la pluma en el papel. Y resisto al asedio del tedio. Que no es el dominical de ayer. Es la vida sin vivir del gris columnista.

Hoy, estoy en el bar, si sucede que algún menda me lee, o el camarero también, me divierte ser quien les divierte. O al menos, les entretenga. Y, hasta, os he de avisar: ¡he sido profeta en mi tierra! Sigo mi vocación, gracias fútbol, que das tanta conversación. Eres tan popular que me permites hablar y me gano un lugar y meto algún gol.

Mi pasión vespertina declina, si no encuentro una rima, si cada semana la columna me gana, resiste mi embiste, se esconde el tema, se esconden mis musas y ando en Babia. No me van a inspirar ni la poca gracia de Messi ni la mucha gracia de Blatter, ni si fue o no fue penalti y expulsión, no me jodas, cabrón, digo Rafa adlátere.

Sí podrían, quizá, inspirarme algo más la FIFA y sus cuatreros, con su vida venal, sus yerros y tal y tal, pero es consustancial, «ostentóreo». No les veo amenos. Mi dama reclama mis noches para ella. Sin pena me ordena que escriba como mucho hasta las diez. Sacrificio de servir a tantos señores. De las señoras no hablaré.

Es la vida con aristas del ubicuo columnista. Lo acepto, excepto que más de una vez me he acostado a su lado colgado a mi columna, atado a ella de manos y de pies. Pendiente la mente de un buen final se distrae del asunto un punto y no está a lo que está.

Y en vano me afano, la musa es su rival, cuando rujo ¡ahí va el Ebro! celebro un placer no carnal. No todo va a ser follar. También habrá que celebrar hasta el orgasmo los goles de Cristiano Ronaldo. Y habrá que leer a Platón, al doctor Sócrates y al jardinero de Aristóteles. Puede que esa delantera os resulte menos familiar, pero estimula mi vanidad. No todo va a ser follar, no todo va a ser follar.

Mi amada se enfada: «Si al menos fueras un escritor…» -la muy hija de Sade- y añade: «Anda, vuelve a tu blog.» Antes de ser columnista mis artículos de culto eran casi secretos, pero, luego, el balón que me puso a contar cuanto él desata, me llevó a publicar en periódicos mis columnas y textos. Gracias, fútbol.

(A mi más exquisito amigo, Javier Krahe, luz y espejo de cantautores y alma de la caballería andante. Acaba de sacar su decimoquinto disco «Las diez de últimas». Cuidado, inéditas, aún tiene más. Agua de la fuente o Mariví, al igual que las añejas, nos transportan con la ayuda de sus inseparables músicos, a las odas y églogas de Garcilaso, al mismo runrún de los clásicos, a la gloria de Cervantes, o como diría, Javier, también a la glorieta de Quevedo).

-N.B. He tomado en préstamo sin intereses versos -unos cuántos- del maestro. En realidad, si alguno o algunos he destrozado, esos solos son de mi autoría.

Por IUSPORT

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