Por Ramón Fuentes //

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Desde que finalizó el Espanyol – Athletic de Bilbao de semifinales de Copa no se habla de otra cosa que el escenario que acogerá la final copera del próximo 30 de mayo. Todas las miradas están puestas en el Santiago Bernabéu. Ahora sólo hay que esperar a la cita que organizará la Federación Española de Fútbol con los dos finalistas, Barcelona y Athletic Club de Bilbao, donde se empezará a tratar de este asunto. Lo normal es que ambos equipos presenten varias opciones y, en caso de no llegar a un acuerdo, sería la Federación quien decida que estadio será el elegido para la gran fiesta del fútbol español. Decisión que sólo podrá adoptar si cuenta con el beneplácito del equipo propietario del estadio.

 

Y es aquí donde surgen las dudas, en saber si el Real Madrid estaría dispuesto a ceder su estadio. En el año 2012, precisamente con los mismos finalistas, el conjunto blanco justificó que no podía ceder su estadio por tener que realizar obras de reforma en el mismo. A falta de conocer la decisión que pueda adoptar en esta ocasión, lo cierto es que no ceder su estadio para la final de Copa implica perder un importante pellizco económico. Es norma habitual de la RFEF abonar una importante cantidad al club que permite que la final de Copa se dispute en su estadio.

 

Sin ir más lejos el Real Madrid recibió cerca de 1 millón de euros en el 2013 por ceder el Santiago Bernabéu para la final copera que entonces enfrentó a los dos equipos de la Comunidad de la Madrid. Entonces el Real Madrid decidió repartir estos ingresos con el Atlético de Madrid. En esta ocasión, si el Real Madrid atendiera una supuesta petición de la RFEF de albergar la final copera, se llevaría unos importantes ingresos para sus arcas económicas.

 

La LFP sólo tiene derecho a 500 entradas de primera categoría o similar

 

Porque es la RFEF quien posee todos los derechos comerciales, audiovisuales de la final copera. En este partido la LFP no percibe ingreso alguno, como si sucede en todas las eliminatorias previas desde los dieciseisavos de final. Así de claro queda expuesto en el convenio de coordinación de ambas entidades RFEF-LFP firmado el pasado verano. Lo único a lo que tiene derecho la patronal es a 500 entradas de máximo nivel, primera categoría o similar,  para que la LFP distribuya como desee.  

 

Volviendo a la RFEF, es norma habitual que la RFEF reparta a partes iguales entre los dos finalistas y la propia entidad federativa el total de los ingresos logrados por esta cita copera. Esto implica tanto taquillaje, derechos audiovisuales o la explotación comercial. Esto supone que 1/3 de los beneficios irán a parar al Barcelona, otro 1/3 para el Athletic Club y el último tercio para la propia Federación Española de Fútbol. Conviene recordar también que el reparto del aforo es siempre el mismo. Cada uno de los equipos tienen derecho a un 40% del aforo, y el 20% restante se lo queda la Federación para atender sus compromisos. 

Por IUSPORT

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