Por Francisco de Borja Iriarte //
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El pasado mes de febrero me lancé por primera vez a hacer una reflexión sobre la cuestión de la S.D. Éibar, por aquel momento líder de la Liga Adelante, y sus problemas en relación con el capital social requerido por el Real Decreto 1.251/1999.
Hoy, tres meses después, con el Éibar en segunda posición y a falta de tres partidos para el final de temporada, voy a hacer una puesta al día, partiendo de que según la web de la entidad a fecha de hoy ha conseguido el 33,48 % del capital necesario para cumplir los requerimientos legales, es decir, partiendo de que tiene un problema legal y no económico; de hecho tiene más de medio millón de euros que no necesitaba.
Como cuestión preliminar, quiero aclarar dos cosas que me parece que no dejé claro anteriormente y han dado lugar a ciertos malentendidos: (i) mi postura no es SAD no, sino SAD obligatoria ¿por qué?, y (ii) no propongo una amnistía al Éibar, ¡no por favor!, ¿más incumplimientos de la ley?, ¡no!; propongo una Ley –o Reglamento- razonables.
La SAD no es en sí buena ni mala, es simplemente un vehículo legal, susceptible de lo mejor –y de lo peor-, como las Sociedades Deportivas, las Anónimas, las Cooperativas y cualquier otra persona jurídica mediante la que las personas físicas organizamos nuestra actuación en el mercado; pero coincido con el Profesor Cazorla y con tantos otros que la SAD no está sirviendo para los propósitos con los que se ideó en 1990, y la prueba es que hoy el fútbol está económicamente parecido que entonces y de los cuatro clubes de la LFP que no son SAD, según la información disponible, tres están razonablemente saneados; vamos, mejor estadística que las SAD, lo que ratificaría que quizás el problema no es el vehículo, sino el negocio y su gestión.
Por otro lado, el requisito de capital nominal o formal -y no el de patrimonio neto real- para determinar las condiciones de competición a nivel profesional –cuando subes, no si permaneces, que es más fácil de cumplir en este supuesto- ha llevado a la situación actual, con informe de auditoría de SAD al menos divertidos, si no directamente grotescos. Porque en mi humilde opinión se debería exigir un patrimonio neto de un importe determinado –no sé cuál, quizás en proporción al exigible de la entidad, o a su presupuesto-, y el cumplimiento real del mismo, de forma que si el auditor te lo ajusta, el importe del ajuste se resta de lo patrimonio a efectos de determinar el cumplimiento del requisito; requisito que debería verificarse año a año para todos, no sólo para los que suben.
En cuanto al cumplimiento de la Ley, ¿qué puedo decir?, soy Magistrado y me remito al mandato contenido en el artículo 9 de la Constitución; pero cumplimiento real, no formal; como proponía más arriba, no vale decir que cumplo los requerimientos legales en mi balance si mi auditor pone salvedades negativas que triplican las pérdidas o directamente se niega a opinar ¡por falta de información!, cosas ambas que pasan en el fútbol. Como tampoco vale olvidarnos de que existen causas de disolución de sociedades –artículo 363 de la Ley de Sociedades de Capital- a las que expresamente se refiere el Real Decreto 1.251/1999; ¿no hay ninguna SAD incursa en ellas? Permítanme que me sorprenda, pero además, creo que alguna opinión de auditoría dice lo contrario. De responsabilidad de administradores, ni hablo.
Por tanto, no reclamo una amnistía para el Éibar –que no sería sino una más en el fútbol, ni siquiera extrañaría a los que estamos en este mundo- sino una norma razonable, que busque el saneamiento material de los clubes y no el formal -mientras nadie mire debajo de la alfombra-, y una aplicación de la misma que, por esas casualidades de la vida, no se cebe en el débil, ya que si te asientas en el sistema LFP las obligaciones de capital son menos gravosas que si osas entrar en el sistema desde abajo ¡qué raro!; esperemos que la nueva Ley del Deporte, de la que tanto se habla últimamente, sea más justa, o al menos más razonable.
Volviendo al Éibar, dentro de dos meses veremos el desenlace de esta historia, esperemos que positivo porque la entidad haya conseguido desembolsar el capital cumpliendo su excelente estrategia de evitar los accionistas de control, y con el apoyo económico que está recibiendo de todo el mundo –y digo mundo en sentido geográfico, a la vista de la información disponible. Si no lo consigue y el Éibar desciende en los despachos al infierno –la plaza en la Liga Adelante es segura hoy y la Liga BBVA está a tiro-, espero que la aplicación de la ley sea igual de dura para todos y se exija el saneamiento financiero de una vez por todas, de verdad, sin contabilidad creativa ni excepciones; es lo que exigen los artículos 9 y 14 de la Constitución.
Finalmente me atrevo a pedir un poco de dignidad en el fútbol, ya que empezamos a ver como ciertas entidades, algunas no boyantes en lo económico precisamente, están tomando posiciones para quedarse con la plaza del Éibar en la Liga BBVA; porque hay otras formas de enfrentarse a la desgracia ajena, y desde aquí mando un abrazo y mi reconocimiento a la Unión Deportiva Las Palmas, y a esa isla que tanto quiero, por –según he visto en la prensa- apoyar al Éibar en la asamblea de la LFP cuando es uno de los clubes que eventualmente podrían beneficiarse del descenso administrativo del club. Ojalá el año que viene estén ambos clubes en primera.
Bilbao, 22 de mayo de 2014.
Francisco de Borja Iriarte Ángel
Magistrado – Sala de lo Civil y Penal del TSJ del País Vasco
Socio de la Asociación Vasca de Derecho Deportivo / Kirol Zuzenbide Euskal Elkartea