Por Javier Rodríguez Ten //
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Regreso de Barcelona de hablar de Fair Play en una magnífica jornada de Derecho deportivo y acabo de ver las imágenes del partido de anoche. Pepe agarra al defensa y se tira vergonzosamente. El árbitro se equivoca. Penalti en el descuento. Gol. Final de partido. Escándalo.
Pepe ha conseguido birlar un punto al Elche (equipo que previsiblemente peleará por no descender) y otorgárselos al Real Madrid, que sigue en su lucha por el campeonato. Muñiz es portada de los periódicos. Objeto de comentarios insultantes. Dudas sobre su capacidad. Al parecer, será destinado a la conocida «nevera».
¿Y Pepe qué?
¿Abrirá la Federación un expediente para sancionar de oficio a Pepe, y teniendo en cuenta la gravedad de la acción y sus consecuencias, aplicarle una falta grave contra el decoro deportivo o lo que más se le parezca? ¿Adoptará el Real Madrid la decisión de no alinearle durante el tiempo que dure el castigo a Muñiz? ¿Recuperará los puntos el Elche? Me temo que no.
El infractor se saldrá con la suya sin problema alguno y las víctimas del engaño (una es el Elche, pero la otra es Muñiz, no lo olvidemos, que también se juega su dinero y su profesión) sufrirán las consecuencias. Y no pasa nada. Que luego no vengan con fair play ni códigos éticos ni nada por el estilo. El juego limpio vale muy poco a día de hoy. Desgraciadamente.