Por Borja Callejo Audicana //
_________________________________________________________________________________________
El pasado fin de semana el Laboral Kutxa Baskonia, en el partido disputado en el Buesa Arena contra el Bruxia d’or Manresa, no alineó a ningún jugador nacido en España, situación ésta que tan sólo se había producido en otra ocasión, concretamente en el año 2000 y, precisamente por el mismo club.
Lo destacable del hecho, es que se trata de la primera ocasión en que ello ocurre tras la existencia de la normativa sobre cupos que protegía en un primer momento al deportista español y en un segundo momento, al jugador formado localmente. Todo ello conlleva al planteamiento acerca de la verdadera utilidad de referida normativa o, si por el contrario, son los propios clubs, quiénes ante la imposición, juegan con la normativa tratando de adaptarse sin ver limitadas sus posibilidades de éxito, en detrimento del jugador nacido en España.
A lo largo del presente artículo se expondrán los pormenores jurídicos que han provocado el paso de la sobreprotección al jugador nacido en España, a lo acaecido en la quinta jornada de la liga ACB en el pabellón Buesa Arena.
Se trata pues, de la crónica de un final anunciado.
La historia nace con el famoso “Caso Borman” en que se reconocía la libertad de circulación a los deportistas profesionales, pasando con la más que analizada problemática de los denominados “Comunitarios B” en el Baloncesto Español y finalizando todo ello con el llamado “Caso Kolpac”, que reconocía a estos “Comunitarios B” los mismos derechos en lo relativo a la libre circulación de trabajadores de países que habían firmado Acuerdos de Asociación con la Unión Europea. Lo que, en palabras de IRURZUN, “implicaría para el mercado de trabajo un nuevo ensanchamiento, nuevas fuentes de aprovisionamiento de trabajadores para los clubes con la expansión del mercado deportivo a deportistas de una treintena de nuevos Estados”
