Por Javier Rodríguez Ten //

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Todo lo que hemos venido diciendo (o casi todo) se ha venido cumpliendo. El Real Murcia ha instado la ejecución del Auto obtenido (gran victoria inicial), un Auto interesante respecto de la decisión organizativa pero previsiblemente extralimitado respecto de la decisión disciplinaria, hasta el extremo de que el TAD, indirectamente, no lo ha reconocido (decisión con riesgos, si no va acompañada de instar un conflicto jurisdiccional). Un Auto provisional, respecto del que se ha querido destacar su naturaleza «irrecurrible» para dejar de lado su carácter «provisional», a la espera de la vista en la que las partes implicadas se pongan ante el Juez y éste dicte la verdadera resolución con visos de estabilidad de meses… en tanto se resuelve el recurso de apelación que quien sea interpondrá ante la Audiencia Provincial, y que podría de nuevo dar un importante giro al asunto. Una vista que pudo (y debió) convocarse al recibir la solicitud del Real Murcia, porque ha quedado demostrado que tiempo había de sobra (ya habría resolución), y que habría hecho mucho menos daño al Real Murcia, a la LFP, al Mirandés y a la imagen del fútbol español que el esperpento que hemos presenciado.

 

¿Y ahora qué?

 

Pues que en breve, yo creo que el mismo jueves o el viernes, la medida cautelarísima se confirmará (y ya dejará de ser cautelarísima para ser cautelar), manteniendo o elevando la fianza impuesta (lo que podría poner en un aprieto al Real Murcia), o bien quedará sin efecto, fijando o no fianza a la LFP (que no tiene problemas para prestarla).

 

Si se levanta la medida, Liga de 22 y el Murcia a Segunda B, en el destierro (esto sí que es una sanción adicional que carece de lógica) del grupo Norte, circunstancia que puede abrir el cauce de reclamación de daños y perjuicios por los kilómetros y pernoctaciones obligados no sólo al Real Murcia, sino a todos los equipos contra los que juega que deben hacerse la «excursión» (reclamación contra la RFEF o contra la RFEF + LFP). Una ulterior estimación de las cautelares, o una Sentencia final generarían la reposición del Club en Segunda División A (la siguiente temporada, se supone) y la indemnización económica de daños y perjuicios; a estos efectos, y más desgraciadamente aún, se indemniza los ingresos dejados de percibir por una empresa, y los aficionados son terceros no invitados a la mesa. Aunque no estoy de acuerdo con ello, la actual regulación sitúa a los Clubes como si fueran cines, y a lo aficionados como espectadores perjudicados por el cierre de la sala por una medida recurrida ante la justicia y nada más; la Ley del deporte no conoce de sentimientos.

 

Si se mantiene la medida cautelar, pero con una fianza más elevada, el Real Murcia deberá buscar un benefactor que se arriesgue a prestarla, a sabiendas de que si lo hace y la Sentencia final es contraria al Club, podría quedarse sin ella. Porque que el Real Murcia pueda prestarla por sí mismo es (desgraciadamente) complejo.

 

Si se mantiene la medida cautelar con la misma fianza, o con otra que el Real Murcia preste… Lío tenemos. Y la clave del lío es que el Auto (previsiblemente porque el Real Murcia no lo solicitó) no obliga a descender al Mirandés (que, por cierto, es convidado de piedra de momento en todo esto pero que a partir del momento en que pueda verse perjudicado podría actuar contra la LFP, la RFEF, ambas e incluso solicitar la nulidad de todo el procedimiento seguido hasta la fecha por ser un tercero directamente afectado al que no se ha prestado audiencia ni atención). Si el Auto obligara a inscribir al Real Murcia y revocar el acto consiguiente de ascenso (para ocupar la plaza) del Mirandés, nada de lo que está pasando podría haber pasado, o pasaría. Pero el Murcia no se quiso meter en ese jardín, pensando que era de sentido común que lo uno conllevara lo otro… y en estas nos encontramos: la LFP inscribió al Real Murcia el lunes por la mañana (por lo tanto, aparentemente se cubrió respecto de un posible procedimiento penal) pero pidió conformidad a la RFEF para adaptar el calendario, y la RFEF (competente) contestó que 22 equipos sin «mojarse», es decir, sin indicar si Murcia o Mirandés, patata caliente que devolvió a la Liga y que ésta, amparada en no tener autorización para poder dotar de eficacia competicional a la inscripción, transformó en el conocido «la RFEF no me deja ejecutar el Laudo». Si la RFEF hubiera dicho que Mirandés, tendría la animadversión y recursos del Murcia, incluso la acción penal podría dirigirse hacia ella; si hubiera dicho que Real Murcia, lo mismo pero desde el Mirandés; al ser un problema de LFP, se intentó eludir pero la estrategia de la Liga lo ha vuelto en su contra. Porque esto es muy elaborado.

 

Un argumento más: el Auto de medidas cautelares podría decretar la revocación de la extensión de la suspensión cautelar de la sanción disciplinaria, la que también está recurrida ante el TAD, en cuyo caso da igual lo que se resuelva. Porque el Real Murcia debe ganar en los dos campos para salvarse, y el TAD desestimó (también con polémica) las medidas cautelares solicitadas. Importante.

 

La Liga está aplicando la estrategia seguida el año pasado por la RFEF ante el Salamanca Athletic. Una resolución judicial me obliga a admitir un equipo, pero no quiero y mi argumento es que existe un procedimiento para ejecutarla, en el que intervienen terceros con competencia plena. En aquel caso el CSD debía previamente inscribirlo como SAD o Club y no lo hizo; ahora la RFEF ¿debería? haber admitido la Liga de 23 o posicionarse entre un Club y otro y no lo hace. El resultado es que la resolución es ejecutiva pero no alcanza eficacia. Lo cual puede entenderse como un fraude de ley o como un uso rígido de la legislación aplicable.

 

En cualquier caso, reitero que para mí la carrera del Real Murcia es muy de fondo, y en un doble escenario: por lo mercantil, y hasta el TJUE, respecto de la decisión organizativa de no inscripción sobre la base de los argumentos de vulneración de la libre competencia, con algunas opciones. Ante el TAD y en lo contencioso – administrativo respecto de la sanción de descenso, con muy pocas opciones. Sin que estas opiniones impliquen un alineamiento con unos u otros.

 

 

Por IUSPORT

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