Por Javier Rodríguez Ten //
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Circula por ahí un chiste, en el que uno dice al otro que van a lanzar un cohete al sol. La respuesta, lógica, es plantear la insensatez de la iniciativa, dada la temperatura del Astro Rey, que derretiría la nave. El primero, sorprendido, contesta que si se piensan que están locos, y que ya habían pensado en ello: el cohete se lanzará de noche.
Pues con lo del Mundial de Qatar pasa un poco lo mismo. Los petrodólares mandan y se adjudicó un mundial a un país con toda la capacidad económica, pero sin tradición ni infraestructuras futbolísticas. Y con unas temperaturas de impresión.
Resulta ahora que a ninguno de los miembros de esas comisiones que se pasean por los países viendo y negociando, a esos directivos que recibieron los proyectos de Qatar, a esos miembros del máximo órgano de FIFA que votaron por el país asiático… no se les ocurrió pensar que por allí hace bastante calor. Y que el Mundial se juega en verano.
Y se plantea… paralizar todas las ligas europeas para abrir un hueco en primavera y jugar ahí el Mundial (el COI ha montado en cólera porque tampoco se les ha ocurrido lo de los JJ.OO de invierno, ya ven). Resulta que no hay un día de calendario para mover un partido y ahora se va a mover… ¡un mes! Pues no sé yo si en julio en Sevilla hará mucho menos calor que por aquellas tierras.
Pero nadie dimite y a nadie echan.
¿Y si jugamos de noche? Igual tiene razón el del chiste.