Por Javier Rodríguez Ten //

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La noticia puede parecer lógica e irrelevante, pero no lo es ni en el fondo ni en las consecuencias extraterritoriales que puede tener.

Hasta ahora, el Mónaco competía en Francia pero desde el principado. El trasfondo no es la distancia ni la frontera, es… la competencia desleal. Mónaco es uno de esos pequeños paraísos fiscales, y por lo tanto su club de fútbol puede fichar jugadores con unos costes impositivos muy inferiores a los del resto de competidores y los deportistas obtener retribuciones netas muy superiores a las que, por idéntica cantidad de contrato, perciben sus «compañeros» en Francia. Y eso, obviamente, no está bien.

Por si no era bastante, el Mónaco ha sido ahora adquirido por un magnate ruso, Rybolovlev, siendo previsible que por la vía de la inversión directa pase a ser el segundo en discordia en la Liga francesa a partir de la próxima campaña. Otro magnate con su club, que la Champions League, si alguien no lo para, va a parecer en breve una carrera de yates de multimillonarios en Saint Tropez. Pero a eso hay que añadir que le va a costar mucho menos de lo que sucedería en cualquier otro país. Es evidente que la Liga francesa ya ha puesto un remedio parcial a lo que se avecina que, por otra parte, supone un interesante varapalo a la teoría del FC Barcelona para su permanencia en la Liga española en el supuesto de la independencia de Cataluña, porque presumimos que se trata de una disposición que se extenderá a otras Ligas europeas.

El peligro que viene es la posibilidad de que los magnates puedan invertir en equipos exclusivamente Champions, es decir, en equipos de paraísos fiscales sin competición propiamente dicha pero con plaza europea… Equipos pensados para la competición europea, sin el desgaste de la competición nacional (total, el dinero sobra, se puede prescindir de los ingresos locales)… dedicados una temporada a la Champions… con tiempo para hacer giras sudamericanas y asiáticas entre eliminatoria y eliminatoria para obtener beneficios, en una competición nacional devaluada pero a la carta…

El ejemplo francés nos obliga además a replantear si en el momento actual, en que se insiste en el fair play financiero, la competencia desleal, etc., es viable la participación de equipos afincados en paraísos fiscales en las competiciones internacionales de todo tipo. ¿Serán Andorra, San Marino, Luxemburgo, Suiza o incluso Gibraltar las próximas potencias futbolísticas, mediante clubes adquiridos por grandes magnates en condiciones fiscales «de todo a cien»?

Por IUSPORT

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