Por Daniel Roberto Viola //
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Qatar es un pequeño país de 11.571 km2, situado en costa noreste de la península Arábiga (Asia Occidental), su única frontera terrestre limita al sur con Arabia Saudita y el resto de su territorio está rodeado por el Golfo Pérsico.
Su población estimada es de 2 millones de habitantes y su Producto Bruto Interno se calcula en más de USA$ 182 mil millones. Desde el Siglo XIX está gobernado por una monarquía absoluta ejercida por la familia Al Zani, habiendo sido un protectorado británico hasta su independencia en 1971. Posee reservas de gas natural y petróleo valuadas en 25 mil millones de barriles, con un ingreso per cápita considerado el mayor del mundo en la actualidad.
Desde el 2 de diciembre de 2010 cuando fueron elegidas en Zúrich las sedes de Rusia y Qatar para celebrar los Mundiales FIFA 2018 y 2022, este ignoto país cobró gran notoriedad en el ambiente futbolero por las acusaciones de sobornos, que ponen bajo la lupa su clima poco propicio para jugar al fútbol, dado que en junio y julio (período del certamen) las temperaturas se elevan a 50º.
El estadounidense de origen hispano Michael J. García, investigador en jefe designado por la FIFA y presidente de la Comisión de Ética desde 2012, se comprometió a estudiar en profundidad los posibles actos de corrupción que se atribuyen al proceso de selección y elección de ambas sedes, más el Mundial de Alemania 2006.
Su informe ha sido postergado hasta después del Mundial de Brasil. Días pasados el diario británico The Sunday Times afirmó disponer de documentos que probarían que el ex directivo de la FIFA Mohammed Bin Hammam habría pagado 3,7 millones de euros a directivos africanos, que no tenían voto directo, pero sí habrían servido para influir en el resultado.
Dicha fuente también sostiene que Bin Hamman (ex presidente de AFC-Confederación Asiática de Fútbol-2002-2011 y ex vicepresidente de la FIFA), había renunciado a todos sus cargos en diciembre de 2012 luego de ser inhabilitado de por vida por la Comisión de Ética, por reiteradas violaciones al art. 19 del Código Ético de la FIFA, referido a conflicto de intereses que surge cuando las personas tienen, o dan la impresión de tener, intereses privados o personales que perjudiquen el cumplimiento de sus obligaciones de manera independiente e íntegra, entendiéndose por intereses privados toda posible ventaja en beneficio propio, de parientes, amigos o conocidos.
La investigación sobre el comportamiento de Bin Hammam se inició tras una denuncia del secretario general de la CONCACAF, el estadounidense Chuck Blazer, quien lo acusaba junto al presidente de esta confederación, Jack A. Warner, en la posible compra de votos para ser elegido presidente de la FIFA en las elecciones de junio de 2011 a cambio de 29.000 euros.
El nuevo Código de Ética (2012) contempla que las infracciones por cohecho y corrupción no prescriben. La prensa británica acusa a Bin Hamman de haber organizado una campaña encubierta de sobornos y agasajos para captar apoyos a la candidatura de su país.
Algunos analistas sospechan que Inglaterra amplifica esta investigación para lograr la anulación de la elección donde quedara rezagada a manos de Rusia.
Joseph Blatter acorralado declaró Nunca más volverán a elegirse dos sedes del Mundial en el mismo día. Eso fue un error y anunció que en el futuro ya no elegirán las sedes los integrantes del Comité Ejecutivo (24) sino los presidentes de cada una de las 209 federaciones miembros de la FIFA. Havelange, ex presidente de FIFA, y Ricardo Teixeira, ex jefe de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), recibieron sobornos millonarios en el marco de negocios con la quebrada empresa de marketing deportivo ISL, por derechos de TV de los mundiales.
Por este caso Blatter promovió la creación de la Comisión de Ética en 2006, aunque no se aplicaron sanciones. Jorge Luis Borges (1899-1986) en su poema El desierto resume: Antes de entrar en el desierto, los soldados bebieron largamente el agua de la cisterna. Hierócles derramó en la tierra el agua de su cántaro y dijo: Si hemos de entrar en el desierto, ya estoy en el desierto.
Hoy la FIFA podría traducir: Si vamos a investigar la corrupción, ya estamos infectados del virus de la corrupción.
NOTA.- Publicado en El Cronista Comercial.