Por Javier Rodríguez Ten // _________________________________________________________________________________________

Cuando la ACB quedó descabezada, muchos vaticinaron una profunda crisis; incluso hubo quien apostó por la refundación del baloncesto profesional español. Durante estos meses ha podido apreciarse que, a pesar de los condicionantes socioeconómicos existentes y de la falta de una cabeza visible, la buena gestión realizada desde la calle Iradier de Barcelona ha permitido que el espectáculo pueda continuar. Ya estamos en los play – off.

 

Y después de muchas vueltas, fumata blanca en el día de ayer. Francisco Roca, Presidente de la ACB. Una persona del baloncesto, que no obstante dió el salto al fútbol, y que vuelve a casa. Con un perfil que encaja perfectamente en el puesto que ocupa. Y un curriculum al alcance de muy pocos (CONSULTAR AQUÍ). Ya me gustaría a mí tenerlo. Y a muchos altos cargos de la Administración y de Federaciones.

 

El nuevo presidente debe afrontar diferentes cuestiones que, no obstante, previsiblemente ya estaban encauzadas. La rocambolesca Sentencia de Mitjana (de repente, un Juez de lo social descubre laboralidad en lo que cuatro Tribunales Superiores de Justicia de diferentes CCAA habían interpretado unívocamente no la había, desintegrando un acuerdo que contaba, ojo al dato, con el visto bueno del CSD). Y la arbitraria decisión de la Unión Europea de considerar que el «home grown» español es excesivo, porque el porcentaje que representa excede del que a ellos apetece (porque no hay regulación alguna al respecto). Aparte está la necesidad de que el baloncesto recupere su reconocimiento y posición audiovisual, clave para que fluyan los ingresos y se genere la necesaria espiral publicitaria, mediática y sociológica, asfixiado actualmente por el despliegue de horarios del fútbol profesional, la Euroleague, la Fórmula 1 y el motociclismo.

 

Eso sí, aún tiene el sillón templado y ya está «recibiendo palos». No ya los cien días de gracia, ni siquiera cien horas. Por quienes dicen que es el testaferro de Javier Tebas, obviando que fueron precisamente algunos de los cambios introducidos por éste en la LFP los que motivaron su marcha, a petición propia, del fútbol. Por quienes aluden a una querella presentada por una empresa de cromos respecto de una concesión en la LFP, que a día de hoy al parecer se encuentra en una fase muy preliminar y nada clara. Y por quienes no tienen otra cosa que hacer, que de estos (como dicen los castizos) hay más que botellines.

 

A pesar de las dificultades indicadas, dejemos trabajar a Francisco Roca, sin estridencias, fiel a su estilo, rodeado del gran equipo de profesionales que hay en la ACB, y juzguemos luego.

Por IUSPORT

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