Por Ramón Fuentes //
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El Fútbol Club Barcelona se está metiendo en un serio problema con esta guerra que pretende plantear a la UEFA. La medida que podría estar planteándose poner en práctica aprovechando la próxima visita del BATE Borisov al Estadio del Camp Nou es, no cabe duda, todo un órdago en contra del máximo organismo del fútbol europeo.
Si bien el conjunto azulgrana no ha hecho ningún comunicado oficial al respecto, parece evidente que tiene la intención de, coincidiendo con este nuevo encuentro del próximo día 4 de noviembre, repartir 20000 esteladas o banderas independentistas entre los aficionados además de desplegar dos pancartas en los fondos donde pueda leerse “respeto a los símbolos catalanes”.
Está claro que, de confirmarse, es toda una provocación por parte del Fútbol Club Barcelona que le puede traer fatales consecuencias. Conviene recordar que todo surge con motivo de la sanción de 30000 euros que el Comité de Disciplina de UEFA impuso al club azulgrana a raíz de la presencia de banderas esteladas y de la utilización de gritos independentistas en la final de la Liga de Campeones de la pasada temporada ante la Juventus de Turín.
Como es conocido por todos, el Fútbol Club Barcelona finalmente declinó recurrir esta decisión ante Apelación. Sin embargo la mecha definitiva salta el pasado 21 de octubre cuando de nuevo la entidad azulgrana volvió a ser duramente castigado económicamente con 40000 euros por la nueva presencia de banderas en el primer encuentro de la fase de grupos de la presente temporada disputado en el Camp Nou ante el Bayern Leverkusen. También esta vez la sanción responde a la repetición de estos gritos de carácter independentista que pudieron escucharse en el graderío. Incluso en este caso también pudo haberse producido pitos contra el himno de la “Liga de Campeones” algo que está terminantemente prohibido según el código disciplinario de UEFA.
La pregunta ahora es: ¿Qué puede suceder si el Barcelona repite este tipo de incidentes?. Primero debemos partir de que la UEFA es inflexible acerca de este tipo de manifestaciones que no sean deportivas dentro de un terreno de juego. Su artículo 16 del Código Disciplinario es bastante claro al respecto. En el mismo primero establece que los clubes o asociaciones serán responsables de todas las medidas de seguridad adoptadas tanto antes, durante como después del encuentro, de cualquier incidente etc..salvo que el club pueda demostrar que no ha sido negligente en ninguna de las medidas adoptadas en la organización del encuentro.
Pero la clave radica en el punto dos del citado artículo. Allí textualmente dice que el “club es responsable de cualquier comportamiento por parte de los aficionados”, y específicamente en el apartado e del citado punto, respecto al “uso de gestos, palabras, objetos o cualquier otra manera de transmitir un mensaje que no sea deportivo, particularmente de aquellos de origen político, ideológico, religioso, ofensivo o con intención de provocar”.
Dejando al margen la libertad de expresión a la que se acoge el Fútbol Club Barcelona, lo cierto es que actualmente existe está regulación clara y contundente al respecto dentro del código de comportamiento de UEFA y al que están sujetos todas las asociaciones, como la Federación Española, y todos los clubes que dependen de ella. Especialmente en las competiciones que organiza directamente la propia UEFA como son la Liga de Campeones, Liga Europa o la Eurocopa de Naciones.
Luego jurídicamente el recurso del Barcelona ante el Comité de Apelación o el propio TAS tiene poco futuro siempre que vaya por la línea de argumentación de defender el la presencia de banderas independentistas o el empleo de gritos en favor de una hipotética independencia de Cataluña como un mero ejercicio de libertad de expresión. Más cuando UEFA lo siga considerando como una manifestación política que está terminantemente prohibida en su articulado disciplinario.
La gran pregunta que surge ahora es: ¿Y qué le puede suceder al Barcelona si finalmente decide repartir esas 20000 esteladas el próximo miércoles?. Pues la respuesta en el artículo 14 del mismo código disciplinario. Atendiendo a su redacción, y considerado el precedente de la dos sanciones anteriores y especialmente la de esta presente temporada, lo próximo sería un cierre parcial o total del estadio. La diferencia entre uno y otro dependerá mucho de donde estén situadas dichas banderas el próximo miércoles. De estar repartidas por todo el estadio, como así parece, no cabe duda que supondría la clausura del Camp Nou obligando al club azulgrana a jugar el próximo encuentro a puerta cerrada. Un cierre que podría venir acompañado, si nos acogemos al citado artículo, con una multa alrededor de los 50000 euros.
¿Y qué pasa si este tipo de manifestaciones continúan?. Pues que las consecuencias serían aún peores. Los siguientes pasos que establece UEFA son textualmente “el cierre por más de un partido del estadio, la pérdida de un partido, deducción de puntos o incluso la expulsión de la competición”. Medidas que se irían adoptando escalonadamente en caso de que este tipo de manifestaciones se siguieran repitiendo y obviando por tanto la sanciones y las recomendaciones que UEFA pudiera ir dando al equipo azulgrana. Estamos pues ante una situación realmente compleja y veremos hasta qué punto está dispuesto a aguantar el Fútbol Club Barcelona este pulso que pretende echar al máximo organismo europeo de fútbol. Las consecuencias pueden ser fatales para el vigente campeón de la máxima competición de clubes en el Viejo Continente, la Liga de Campeones.