Por Javier Rodríguez Ten //
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En estos días se viene hablando mucho de la cantidad de veces que a Neymar se le ven los calzoncillos… la cosa no pasaría de ahí si no fuera porque el muchacho se pasa el partido levantándose la camiseta, en lo que parece ser un gesto o tic personal, que en realidad parece encubrir el márketing de emboscada (o ambush márketing), del que los brasileños son verdaderos artistas. Los calzoncillos llevan la marca claramente visible en su parte superior, y el joven delantero además de levantarse la camiseta tiene el tic añadido de llevar los pantalones cortos bajos, o el calzoncillo muy alto.
Todos los medios recogen las fotografías, pero nadie (salvo error) ha abordado la ilicitud de la acción. Porque si abrimos las Reglas de Juego, en concreto la regla número 4 (“el equipamiento de los jugadores”), en su página 23, nos encontramos con lo siguiente: “LOS JUGADORES NO DEBERÁN MOSTRAR AL PÚBLICO ROPA INTERIOR CON LEMAS O PUBLICIDAD” (…). EL ORGANIZADOR DE LA COMPETICIÓN SANCIONARÁ A AQUELLOS JUGADORES QUE LEVANTEN SU CAMISETA PARA MOSTRAR LEMAS O PUBLICIDAD”. Y la traducción es correcta, el texto inglés usa “undergarmets”, que es ropa o prenda interior o íntima.
La acción, por tanto, es sancionable en el momento en que el árbitro considere que es una acción tendente a mostrar la mencionada marca comercial, quedando excluidas las fortuitas o casuales. Ese es el cascabel a poner al gato. Ante el descaro que resaltan las imágenes captadas y la reiteración, la primera vez que Neymar se levante la camiseta y enseñe su marca de calzoncillos, advertencia para que o no la levante, o baje los calzoncillos o suba su pantalón. Y a partir de ahí, al acta. Y que decida el Comité de competición.