La permanencia de Joseph Blatter al frente de la FIFA tras su anuncio de dimisión (?) en mayo pasado ha irrogado un daño adicional a la FIFA que era perfectamente evitable, justo el que padece ahora la organización una vez ha sido acusado su presidente, cuando lo propio es que hubiese sido acusado su expresidente.

 

Pero si eso es grave, aún lo es más el hecho de que se vea salpicado en el escándalo el presidente de la UEFA y aspirante a la FIFA, Michel Platini, al que todo el mundo daba ya como seguro ganador en las inminentes elecciones.

 

El escándalo de corrupción en la organización del fútbol mundial ha adquirido este viernes otra dimensión, y ya era gordo el asunto. Cuando faltan escasos meses para unas nuevas elecciones a la presidencia, resulta que el aspirante que prometía la regeneración se ha visto involucrado en el escándalo.

 

Este viernes la Fiscalía suiza acusaba formalmente a Blatter y registraba sus oficinas. Entre otros cargos, acusa al presidente de la organización mundial de haber abonado dos millones de euros a Platini en perjuicio de la entidad.

 

Acto seguido, Michel Platini era interrogado este mismo viernes en calidad de testigo, y ha afirmado que el pago  «se refiere al trabajo» que llevó a cabo «en virtud de un contrato» con la federación internacional.

 

El dinero estaba destinado «supuestamente» a servicios prestados entre 1998 y 2002. No obstante, el pago fue realizado en 2011, especifica la Fiscalía.

 

El Ministerio Público de la Confederación Helvética ha abierto un proceso penal contra el presidente de la FIFA por sospechas de gestión desleal y abuso de confianza. No estamos ante un incidente más, esto es muy grave y llega en un momento en el que la credibilidad de la FIFA estaba ya bajo mínimos.

 

Las consecuencias que esto puede acarrear son diversas: amagos de rupturas por parte de los magnates que controlan a los grandes clubes europeos, que hace tiempo están decididos a montar otra Champions tipo NBA; cancelación de contratos de patrocinio de las grandes empresas mundiales; pérdida de «auctoritas»; etc…, todo ello, en una caída en picado del prestigio de las dos principales organizaciones del fútbol mundial.

 

Estaremos atentos a la evolución del asunto.

Por IUSPORT

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