La junta directiva de la Federación Española de Fútbol (RFEF) revisará mañana las reclamaciones que hizo en su última reunión, a punto de cumplir un mes de fractura en sus relaciones con el CSD, que defiende el cumplimiento de la ley pero mantiene abierta la vía del diálogo.
En su última reunión, el 28 de enero, la junta acordó una serie de medidas como protesta y defensa ante lo que considera «actuaciones contrarias al fútbol» del CSD, entre ellas hacer paros parciales en el fútbol base sin descartar la paralización de todas las competiciones.
La RFEF reprochó al CSD un «desmesurado intervencionismo»; la supresión de las subvenciones de ayuda al fútbol base, por el dinero procedente de La Quiniela, y una persecución al fútbol aficionado al obligar a los clubes a dar de alta en la Seguridad Social a todas las personas a las que abonen alguna remuneración económica.
Desde entonces, el fútbol base se ha convertido en el principal altavoz de las protestas. Las territoriales de Asturias, Cantabria, País Vasco, Cataluña, Rioja, Castilla y León, Ceuta, Melilla, Extremadura, Canarias y Baleares han protagonizado unos paros parciales que desembocarán en uno nacional, en opinión de la RFEF.
Desde algunas de ellas se han hecho propuestas para buscar soluciones a una situación que entienden que puede llevar a la desaparición de muchos clubes modestos, argumento que rechaza el CSD, que ve estas huelgas como una falsa polémica.
El dinero de La Quiniela es otro de los focos de conflicto. Desde 1991 y hasta 2013 el CSD distribuye el importe obtenido por la recaudación del impuesto de La Quiniela de forma que las diputaciones provinciales perciben un 49,95%; la Liga de fútbol Profesional un 45,50% y la RFEF un 4,55% del 1% de la recaudación.
De forma transitoria para 2013 y 2014 se modificaron, por Real Decreto, las cantidades para la LFP y la RFEF para destinarlas a otras cometidos como ayudas a viajes de equipos y deportistas canarios a la península, actividades de federaciones o centros deportivos.
Por esto, en 2013 y 2014 a la LFP se le redujo un 10%, hasta un máximo de 4 millones de euros, y a la RFEF 750.000 euros.
El CSD ha explicado que desde mayo de 2014 intentó sin éxito -con comunicaciones escritas y verbales- que la RFEF firmara el convenio para formalizar la entrega de una cantidad -en torno a 1.350.000euros-, que por el silencio federativo ya no va a recibir.
Según el citado convenio, ante la disminución de la recaudación de La Quiniela, en 2014 había que detraer las cantidades pagadas en exceso en el ejercicio 2013 -cerca de 758.000euros- por lo que la cifra final para la RFEF pasó de unos 2.100.000euros a 1.350.000euros.
Para este año 2015, el convenio elaborado por el CSD prevé de nuevo el 1%, que se cifra en algo más de 3,5 millones de euros.
A mediados de noviembre los presidentes de las federaciones territoriales enviaron una carta a Miguel Cardenal en la que mostraron la disconformidad de la RFEF por la cuantía prevista y porque la reducción no es proporcional porcentualmente a la de la LFP, a la vez que pidieron una solución para recibir el dinero.
El presidente del CSD, en su respuesta, cuestionó la tardía reacción adversa de la RFEF a una norma aceptada previamente, aplicada en 2013 y ya próxima a finalizar, además de recordar que cuando llegó al cargo en 2012 decidió que fuese la Federación la única responsable de gestionar ese dinero, ya que hasta entonces el CSD repartía una mitad y la Federación la otra.
Aunque Cardenal invitaba al diálogo en aquella misiva, ambas partes han sido incapaces de retomarlo y no parece fácil en un escenario en el que conviven expedientes de reintegro (por el uso de los fondos de La Quiniela en 2010 y 2013) y acusaciones de injerencia gubernamental (el CSD no autoriza una reforma estatutaria propuesta por la RFEF).
Éstas acusaciones ya se escucharon en 2008, cuando el CSD, presidido por Jaime Lissavetzky no autorizaba el retraso de las elecciones a la presidencia de la RFEF, que por normativa debían celebrarse antes de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008.
Aquella crisis, con menos aristas que ésta, la resolvió el presidente de la FIFA, Joseph Blatter. En un viaje a Madrid para acompaña a Villar, vicepresidente de FIFA, en un acto oficial amenazó con dejar a España fuera de las competiciones en caso de injerencias. Meses después, España ganó la Eurocopa 2008 en Viena.
Ahora hay otra arista con nombre propio. Javier Tebas, presidente de la LFP, que ha mostrado una actitud colaboradora con el CSD.
Tebas fue responsable en 2003 de una denuncia que llevó a la imputación de Villar, el vicepresidente de la RFEF, Juan Padrón, y otros directivos de ésta, por presuntos delitos de apropiación indebida, administración desleal y falsedad documental.
La causa fue archivada provisionalmente en 2010. Javier Tebas fue elegido presidente de la Liga en abril de 2013 y retiró la demanda, pero pese a su cargo no tiene comunicación directa con Ángel Villar.