Por José Manuel Pazo //
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Corre una gran polémica debido a una decisión claramente discriminatoria de esa “organización sin ánimo de lucro” (las comillas representan altas dosis de ironía) que es la FIFA. Ya sabemos que ciertas decisiones que viene tomando este organismo distan bastante de ser acertadas, claro ejemplo aquello de organizar un Mundial de fútbol senior masculino en Catar, en pleno desierto, allá por el mes de junio. Decisión ésta que viene provocando polémicas cada cierto tiempo, que si amaño en la elección, que si habría que cambiar las fechas, que si se instalará aire acondicionado en los campos que serán cubiertos. Lo que está claro es que si ese Mundial finalmente se organiza en Catar en las fechas habituales, supondrá un gasto mayúsculo en construir nuevas infraestructuras acondicionadas para albergar tal evento. Pero no pasa nada, por el Mundial de fútbol senior masculino se gasta lo que haga falta, porque es un producto que se va a vender tanto y tan bien que los beneficios que va a generar a esa “organización sin ánimo de lucro” cuya prioridad, dicen, no son los beneficios, son tan elevados que importa poco lo que haya que gastar porque se va a amortizar con creces.
El símil con Catar es inevitable para justificar la palabra “discriminación” en el asunto que vamos a tratar. El próximo verano se celebra el Mundial de fútbol senior femenino en Canadá y los partidos, si nada cambia, se disputarán sobre césped artificial. Según la FIFA, por las condiciones climáticas de Canadá se hace imposible disputar un Campeonato del Mundo en campos de césped natural. Discutible afirmación ésta, pero aun así, ¿qué tipo de propuesta estudió la FIFA para conceder la organización de este Mundial a Canadá si no está en condiciones de albergarlo con garantías? Hemos de suponer que cuando la FIFA eligió a Canadá como sede ya sabía que en Canadá hace frío, y debería conocer si iba a ser capaz de contar con las sedes suficientes para albergar los partidos. Doy por hecho que desde el momento de la decisión, la FIFA tenía claro que el Mundial se iba a disputar sobre césped artificial y no valoró la opinión de las posibles implicadas en el torneo.
Pero no crean, no es tan necesario que este Mundial se juegue sobre césped artificial. La FIFA es muy capaz de lograr que el torneo discurra sobre césped natural, quizá sería un poco más caro, pero para una entidad que se embolsó 2 billones de beneficio tras el Campeonato del Mundo senior masculino de Brasil 2014, destinar una pequeña parte de ese beneficio a ayudar a que las competiciones de las categorías menos rentables discurran en las mejores condiciones posibles, debería no suponer ningún tipo de problema. Para este Mundial femenino tan solo son necesarias seis sedes, no debe ser tan difícil conseguir seis campos de césped natural para disputar los partidos. Este Mundial se disputará entre el 6 de junio y el 5 de julio, verano, por más frio que sea el país, a partir de marzo, las temperaturas se suavizan y daría tiempo a tener preparados los campos a tiempo para comenzar los partidos el 6 de junio. En Montreal, la temperatura media en junio es de 18°C, en Vancouver es de 16°C, en Winnipeg de 17°C, en Ottawa hay una media de 26°C durante el verano, son cuatro ejemplos de sedes donde se disputarán los partidos, ciudades en las que además hay un alto índice de humedad, ¿de veras son inviables campos de césped natural en estas ciudades en esa época del año?
Con argumentos como estos, las grandes estrellas del fútbol femenino tratan de demostrar que existe un claro caso de discriminación e instan a la FIFA a rectificar y preparar estadios con superficie natural para disputar los encuentros. Hay razones de sobra para que estas futbolistas piensen que se les está tratando como conejillos de indias para las probaturas de la FIFA y que si no se disputa el torneo sobre césped natural es porque la FIFA no quiere y lo que realmente busca es realizar pruebas como ya hace en torneos de selecciones inferiores. Está bien que el máximo organismo del fútbol mundial pruebe posibles avances, que los ponga en práctica en torneos oficiales antes de aplicarlo en grandes eventos, ¿pero acaso el Campeonato del Mundo senior femenino no es un gran evento? La primera prueba que la FIFA realizó con el césped artificial fue en el Campeonato del Mundo juvenil de Finlandia en 2003 y a partir de aquí se empezó a permitir el uso del césped artificial en torneos oficiales, y su instalación y uso se expandió por todo el mundo, con el consiguiente beneficio para las empresas que se dedican a tal menester y que no sabemos si tendrían algo que ver en tal decisión.
Pero, ¿realmente existe discriminación en este caso? Es evidente, nadie piensa en que un Mundial masculino se pueda llegar a disputar sobre césped sintético, ¿por qué sí han de hacerlo las mujeres? Todos conocemos las malas caras y quejas por lo bajini de las estrellas de nuestra liga cuando les toca ir a jugar a un campo de césped artificial en algún partido de las primeras rondas de la Copa del Rey o el caso del Estadio Olímpico de Moscú, con habitual superficie sintética, que se cambió por césped natural para albergar la final de la Champions League de 2008. Si tan bueno es, ¿por qué no se dejó el césped artificial y se disputó la final entre Manchester United y Chelsea, sobre ésta superficie?
Hay infinidad de argumentos para demostrar que existe discriminación hacia la competición femenina, es solo un caso más de tantos. Esperemos que la FIFA entre en razón y promueva campos de césped natural para el torneo, que todas las estrellas del fútbol femenino estén presentes en su Mundial y que la selección española en su primera participación, tenga una gran actuación. Ahora imaginen una carta firmada por Messi, Cristiano Ronaldo, Neymar, Robben, Ribery y demás estrellas del fútbol mundial hasta un total de 40, pidiendo a la FIFA algo que no sea descabellado, ¿Cuánto tardarían en conseguirlo? En fin, siempre habrá clases, que dijo aquel.
José Manuel Pazo.
