Es bochornoso lo de la FIFA con Luis Suárez. Primero le imponen, además de nueve partidos de suspensión, una sanción de cuatro meses de inhabilitación «para cualquier actividad relacionada con el fútbol», sin imputarle previamente una infracción concreta que lleve aparejada esta última sanción.
A los pocos días, durante un encuentro con los medios, el presidente de la Comisión de Disciplina, Claudio Sulser, aclaró que prohibirle entrenar durante el periodo de la sanción supondría «limitar esos derechos al jugador, porque sería una medida desproporcionada».
Pues bien, cuando el FC Barcelona está a punto de cerrar el traspaso de Suárez con el Liverpool, la FIFA va y desautoriza al presidente de la Comisión de Disciplina y afirma que Suárez no podrá entrenarse mientras dure la sanción.
En un postrero e inútil intento de salvar la imagen de Sulser, la FIFA asegura que este sólo confirmó en el encuentro con los medios del jueves que la suspensión a Luis Suárez no tendría un impacto en una posible transferencia del futbolista a otro club ni en los exámenes médicos respectivos.
En fin, una faena más de las tantas a las que desgraciadamente nos tiene acostumbrado una organización internacional que en puridad no es más que una asociación civil inscrita en un registro de Suiza pero que presume de tener más afiliados que la propia ONU.
Pax FIFA, con El Imperio del Fútbol nos hemos topado.
04 de marzo de 2009 | |
PAX FIFA: con otra Iglesia hemos topado
Hace escasos días, con motivo de una reunión con el presidente de turno de la Unión Europea, un desubicado Vaclav Klaus tras sus diatribas contra la mismísima UE, el presidente de FIFA, Joseph Blatter, eufórico tras el dictamen del INEA sobre el 6+5, ha retomado una vieja aspiración: “La independencia del deporte”. Pretende, ahí es nada, que las federaciones nacionales se sitúen en una especie de limbo jurídico, al margen de los ordenamientos estatales, pero eso sí, sometidas -en exclusiva- al imperio de la FIFA, una asociación, muy internacional ella, que no deja de ser una entidad privada inscrita en el Registro Comercial de Suiza y regulada por el Código Civil de dicho país. No cabe duda, el sueño de la razón produce monstruos.
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