La próxima semana está previsto que se disputen desde el martes los encuentros de vuelta de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey. Y es más que probable que en muchos campos de Primera división nos encontramos un ambiente gélido, frío, con gradas casi vacías debido a que la eliminatoria quedó prácticamente sentenciada en el encuentro de vuelta. Será entonces cuando se volverá a poner en entredicho el actual formato del torneo del KO y la obligación de modificarlo para intentar hacerlo más atractivo para el espectador.

 

De momento esta modificación no se va a producir; ni a corto ni a largo plazo. Como mínimo habrá que esperar hasta la temporada 2018/2019 para que pueda diseñarse un modelo de competición distinto al actual. Durante estas próximas cuatro temporadas, incluida la actual, la competición copera tendrá el mismo formato de años anteriores. Desde dieciseisavos de final y con la entrada en liza de los equipos de Primera división, «la Copa se juega a doble partido en todas sus rondas, a excepción de la final».

 

Con esta literalidad está recogido en el nuevo convenio de coordinación firmado el pasado verano entre la Federación Española de Fútbol y la Liga de Fútbol Profesional y que estará vigente hasta el 30 de junio de 2018.m Concretamente es el Título III de dicho convenio donde se trata el formato de competición tanto de la Copa de Su Majestad el Rey como de la Supercopa de España.

 

Son los propios clubes quienes en su día promulgaron este modelo de competición en lugar del anterior donde se disputaban las eliminatorias a sólo un partido en el el campo del equipo de inferior categoría. Y lo hicieron para evitar que fueran eliminados sorprendetemente a las primeras de cambio de la competición. Hay varios ejemplos en el pasado que así lo acreditan.

 

El reparto total del dinero se hará una vez concluya esta ronda de dieciseisavos de final

 

Pero este cambio vino aparejado de una importante inyección económica para el fútbol modesto, para compensar lo que podían dejar de ganar al disputarse a doble partido con la vuelta en el campo del equipo de Primera división. Ya en el anterior convenio, el que expiró el pasado verano, la Liga de Fútbol Profesional estuvo abonando tres millones y medio de euros por temporada durante las cuatro temporadas que estuvo vigente. Cantidad que se venía incrementada anualmente con su respectivo IPC.

 

En este nuevo convenio de coordinación, la cantidad se ha visto incrementada de inicio en trescientos mil euros respecto a la existente en el anterior. Esta temporada la LFP abonará 3800000 euros a la FEF a cambio de este modelo de competición. Cantidad que, como sucedía en el convenio anterior, irá actualizándose con el ICP correspondiente en las temporadas 2015-2016; 2016-2017 y 2017-2018 situándose en torno a los cuatro millones de euros anuales. Dinero que irá integro a repartir entre todos los clubes de la Segunda división B y Tercera.

 

En dicho convenio también queda claramente definido la forma de pago. La mitad, es decir 1.907.144 euros, lo abona la propia LFP al inicio del campeonato copero. La otra mitad, con carácter finalista, lo entrega la patronal precisamente cuando finalice esta ronda de dieciseisavos de final. En total estamos hablando de más de 16 millones de euros para los próximos cuatro años. Cantidades que son independientes de los pagos que el operador de televisión ofrezca a los clubes modestos por ofrecer los partidos que se juegan en su estadio. Y aquí, como es lógico, tienen un atractivo especial los emparejamientos con Real Madrid, Barcelona o Atlético de Madrid.

 

Analizando estos números, uno se explica el porqué de un modelo que tanta veces se cuestiona. Son los clubes los primeros en respaldarlo y no será la Federación Española quien ponga peros cuando está reportando unos ingresos anuales importantísimos para los clubes del fútbol modesto español, allí donde tanta falta hace.

Por IUSPORT

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