Los senadores Jean-Philippe Humbert (gaullista) y Jean-Jacques Lozach (socialista) fueron los responsables de presentar el informe de la investigación sobre la eficacia de la lucha contra el dopaje que una comisión del Senado francés llevó a cabo entre febrero y junio. Son centenares de folios, con 60 propuestas, siete medidas urgentes y varias constataciones, y ninguna de ellas centrada en el ciclismo.

En uno de los anexos del informe la comisión publico los datos para identificar a decenas de ciclistas que dieron positivo por EPO en unos análisis completados retrospectivamente en 2004 en las orinas del Tour del 98 con fines de investigación.

Solo se disponían de orinas de ciclistas  en el laboratorio de Chatenay Malabry para probar sus técnicas de detección de EPO: de otros deportes, como fútbol, no se conservaron.

Carlos Arribas comenta en El Pais que «a sabiendas de que se encontraría EPO con facilidad años más tarde —se consumió sin dudas en los años 90 porque era indetectable: la intervención policial en aquel Tour del caso Festina significó el fin del sueño impune—, los corredores habían dado permiso para que se congelara su orina y se pudiera reanalizar con fines científicos siempre que se preservara el anonimato.  Prueba de que no sería así la tuvieron en 2005, cuando se publicó un positivo de Armstrong sobre su orina congelada del 99. Después, el ministerio de Deportes francés entregó al Senado todas las actas para identificar a los ciclistas que pasaron control, no más de la tercera parte del pelotón, unos 50: el 70% de las muestras dieron positivo, correspondientes a 29 corredores»

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Por IUSPORT

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