Pese a los malos augurios de hace unos años, la incursión de la tecnología 3D en el mundo del cine, no solo sigue creciendo, sino que los jóvenes profesionales encuentran en este segmento un campo amplio de futuro en el que desarrollarse. El auge de las películas y cortos de animación, ese gran mundo del 3D, comienza a ser valorado, ya no solo en el cine, sino en el día a día.
Cada vez más jóvenes se suben al carro de las profesiones digitales y aspiran a llegar a los Oscar con un gran corto de animación 3D (La Gala de los Oscar será el próximo domingo 22 de febrero)
Las perspectivas en 2015 se presentan mejores que en 2014, año en el que la recaudación en taquilla aumentó solo un 5% con respecto al año anterior. Los expertos auguran a corto plazo un renacer de la época dorada que se vivió con títulos cómo Avatar o Gravity.
Como dijera David Valero en ADSLZONE, es sin duda la película de James Cameron, la que más ha contribuido a que el 3D haya conseguido una mayor popularidad.
“Karina Neill, una de las máximas figuras a nivel europeo en cuanto a la tecnología usada para la visualización de largometrajes en 3D en los cines, apuesta por fijar unos estándares de calidad mínimo para las películas que tengan que ser emitidas en 3D, añade Valero”.
Según Neill, la calidad de las películas 3D no ha de medirse por la calidad del filme en cuestión, el cual puede ser considerado como mejor o peor independientemente de que contemple esta tecnología, pero sí por la nivel técnico del 3D empleado, que como ocurrió en el caso de Avatar –pensada en planos y fotografía casi en exclusiva para esta técnica- demostró ser un éxito. De igual modo, otras voces apuestan por implantar una especie de sello de calidad, que de confianza a la audiencia sobre la calidad del producto que van a poder disfrutar.
Medidas como implantar un “sello de calidad” ayudarían a transmitir confianza a la audiencia sobre la calidad del producto.