Es un secreto a voces. Los clubes Chelsea y Atlético de Madrid, que notaban el peso de la espada de Damocles de la UEFA sobre sus cabezas, han manejado de forma sigilosa el asunto Courtois y han alcanzado un acuerdo que sellarán de forma oficial después de las semifinales de la Champions, con el fin de que tal acuerdo no se vincule a la alineación del portero belga con el club madrileño.
Es evidente que a ninguno de los clubes les interesa airear el pacto en estos momentos, pero al presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo, le traicionó el subconsciente. Hace días, cuando ya conocía la advertencia de la UEFA, vino a reconocer que la alineación del portero estaba pendiente de llegar a un acuerdo con el Chelsea. Recuérdese que el actual contrato entre ambos clubes contempla una indemnización de tres millones de euros cada vez que el Atlético alinee al portero contra el club de Londres.
Cerezo declaró entonces que «Courtois es jugador del Chelsea. Estamos intentando que nos lo cedan otra temporada. Yo creo que terminará jugando contra ellos, pero sólo si llegamos a un acuerdo con el Chelsea. Somos caballeros y cumplimos con todo lo que firmamos».
Mucho más astuto se mostró, en cambio, el director ejecutivo del Chelsea, Ron Gourlay, quien, nada más conocer la prohibición de la UEFA, afirmó que tal cláusula se tenía por no puesta y que no se opondrán a que el portero juegue con el Atlético.
Uno de los datos que pondría al descubierto el acuerdo prohibido sería cualquier contraprestación dineraria o en especie que el Atlético abonase al Chelsea en los próximos meses, habida cuenta que hasta ahora no había ninguna. El Atlético cumplía hasta ahora con pagar la ficha del portero, sin abonar nada al club inglés.
Hay quienes sostienen que igual consideración cabría hacer en el caso de que la renovación de la cesión sea de sólo un año, pero en este caso los dirigentes alegarán, esta vez con razón, que dada la edad de Cech, el portero titular actual del Chelsea, la cesión de Courtois debe hacerse con carácter anual.
Sin embargo, el dato verdaderamente revelador de que se habría pagado un precio oculto sería el traspaso de Diego Costa, que se da por hecho al club inglés en este mismo verano, lo cual permitirá una nueva cesión de Courtois y, cómo no, su alineación en estas semifinales de Champions. El Atlético lo ha resuelto de un plumazo rebajando sus pretensiones económicas en el traspaso de Diego Costa.
De consumarse esta operación, será prácticamente indemostrable que se ha burlado el acuerdo de la UEFA declarando nula la cláusula Courtois.
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