Por Abraham Arias //
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Partido de tercera división del grupo XIV correspondiente a la jornada 33, disputado a las 18:00 horas en el Estadio Romano de Mérida, entre el A.D. Mérida y el Extremadura U.D. de Almendralejo, con el resultado final de 0-1 a favor del equipo visitante.
Encuentro dirigido por el colegiado de la delegación de Cáceres Víctor Manuel Pavón Guillen y asistido en bandas por los asistentes de la misma delegación, Alberto Pajares Alviz y Juan Francisco Gil Blanco.
Varias horas antes del encuentro ya se respiraba por las calles de la capital extremeña que el encuentro tenía tintes de partido grande, evidenciando que podría tratarse de otra categoría muy superior, ya que las gradas se poblaron con más de 8.500 aficionados. Encuentros de los que hace tiempo que no se venían viviendo en nuestra región. Partidos que a los jugadores siempre les gusta jugar y qué decir tiene, que a los arbitro nos gusta dirigir, para los que te llevas preparando toda la temporada. Este puede ser el caso de Pavón Guillen, que no se si es casualidad o es que el Comité de Arbitros extremeño tiene “elegidos” ciertos colegiados para determinados encuentros que se dan en nuestra región, pero este es el mismo actor que se enfundó la casaca de juez de fútbol que en el acto celebrado en la primera vuelta en el feudo almendralejense, solo difieren los asistentes del Francisco de la Hera.
Los primeros minutos fueron de tanteo, tiempo que también utilizó por el trencilla para intentar marcar unas directrices claras para que el partido no se fuera por otros derroteros. Estos compases iniciales estuvieron marcados por una multitud de faltas entre los dos participantes en los que el colegiado se mostró muy dialogante con todos los jugadores, intentando retrasar lo máximo posible la primera amonestación, ya que en estos instantes se cometieron varias acciones punibles de cartulina amarilla pero que debido a su experiencia y su saber estar, supo paliarlas con una pequeña bronca al jugador, que siempre se agradece.
En minuto 12, Juanjo que estaba siendo el más peligroso del Extremadura se aprovechó de un error de la zaga romana para batir al meta local con un lanzamiento desde fuera del área que tocó en la base del poste y se coló en su portería, adelantando así a los visitantes. En el minuto 22, y tras haber advertido varias veces al delantero del Extremadura, Sabino, no le quedó más remedio que amonestarle por un derribo muy claro en el centro del campo, acción que Pavón Guillen no se pudo guardar. La tónica del encuentro continuo igual, un Mérida que acechaba la portería de los visitantes pero sin claras ocasiones de gol, y un colegiado que intentaba aplacar las numerosas protestas y las acciones peligrosas a través del diálogo y las reprimendas con los actores principales del partido. Con este resultado y sin ninguna acción más que destacar se llegó al final de los primeros 45 minutos, donde destacaron la multitud de faltas, el gran numero de protestas de los jugadores y el talante dialogante de Víctor Pavón.
Una vez comenzada la segunda parte, el colegiado cacereño intento llevar el partido por los mismo cauces por los que lo había conseguido llevar en la primera mitad, aguantando lo máximo posible las amonestaciones, pero esta situación fue alterada en el minuto 61 cuando de nuevo un jugador visitante veía como era amonestado por derribar a un contrario en la disputa del esférico. Pavón tenía claro que a partir de ese momento no iba a ser tan tolerante ya que el partido no paraba y cada uno iba a intentar buscarse sus artimañas para sacar el mayor provecho de esta batalla futbolística. Por ello en el minuto 64 de nuevo otro jugador del Extremadura U.D. era sancionado con cartulina amarilla, la tercera para los almendralejenses, por impedir el avance de un rival cuando este intentaba montar una contra, muy bien interpretada la acción por el colegiado. Posteriormente el Mérida vio como uno de sus jugadores, en el minuto 70 era sancionado con la misma cartulina que los anteriores, por derribar a un jugador visitante cuando este era el poseedor del balón.
La jugada decisiva llegó minutos después cuando uno de los asistentes de Víctor anulaba un gol a Cristo que acababa de acceder al terreno de juego. Fue una jugada rápida en la frontal del área, una pared entre dos habilidosos jugadores como son Perera y el propio Cristo, plantándose este ultimo delante del meta visitante y batiéndolo, mientras la defensa del Extremadura salía para intentar dejar al escurridizo delantero en posición antirreglamentaria. desde mi posición en el campo (a la altura de dicho asistente), me pareció que era legal, pero si el asistente accedió a señalar fuera de juego, con la dificultad que eso conlleva, ver si un jugador está en posición legal o no, le doy margen para el error porque todos somos humanos y tenemos una labor muy difícil. Esta jugada fue muy protestada por todos los jugadores de Mérida, pero Pavón Guillen solventó con su brazo en alto y mandando a sacar el libre indirecto.
El asedio de los locales continuó hacia la portería del Extremadura, pero estos también tuvieron alguna opción a la contra para matar el encuentro. En el minuto 75 Perera vería amonestación por derribar a un rival en el centro del campo y ya en los prolegómenos del choque también Curro estaría apercibido con otra amonestación por otro derribo sin contemplaciones en la mitad del terreno de juego.
Con este resultado se llego al final de los 90 minutos, con cuatro cartulinas para los visitantes y dos para los locales y con una acción que daría que hablar los días posteriores al choque.
En cuanto Pavón Guillen decir que en líneas generales estuvo a la altura del espectáculo de fútbol que se vio en la capital extremeña entre dos equipos que apuntan muy bien para acabar la temporada en una superior categoría. Este controló bien el partido a través del dialogo, algo que te lo da la experiencia el saber estar en estos encuentros. Desplegó un gran derroche físico, estando muy bien situado en cada una de las acciones.
