Este viernes tuvo lugar una llamada asamblea informativa, no era una junta de accionistas propiamente dicha, retransmitida por el canal de televisión online del Valencia, en la que pudo observarse la perfecta dupla que en los últimos tiempos ha dirigido los destinos de uno de los primeros cinco clubes de España.
El objeto de esta magna asamblea era explicar el proceso de venta del club ante en la necesidad que tiene el valencianismo de estar informado.
Amadeo Salvo, presidente del Valencia CF,SAD, y Aurelio Martínez, presidente de la Fundación del club propietaria hasta ahora del 70% de las acciones, acreditaron su buen rollo y una cara de satisfacción que no se esforzaron en disimular.
En verdad se trató de un baño de masas. Los dos dirigentes, perfectamente coordinados, fueron contestando a las oportunas preguntas que fueron sucediéndose, algunas verdaderamente comprometidas.
En medio de un ambiente desenfadado, con risas y fiestas, iban desfilando las preguntas hasta que llegó una que ha pasado quizá desapercibida. Uno de los asistentes preguntó, a través de la mesa creada al efecto –que centralizaba las interpelaciones- qué pasaría si finalmente el nuevo dueño, Lim, no alcanzaba un acuerdo con Bankia en torno a una quita y aplazamiento de la deuda.
Fue el momento más difícil para los dos dirigentes. Contestó Aurelio Martínez, quien reconoció que la entidad bancaria está en su papel a la hora de poner reparos a la quita pretendida por el nuevo deudor. Martínez recordó que se trata de un banco de titularidad estatal y ello añade un plus de dificultad al margen de maniobra del que disponen los directivos de Bankia.
No obstante, el presidente de la Fundación dijo estar convencido de que el acuerdo entre Bankia y Peter Lim se va producir con total seguridad, a pesar de las declaraciones algo pesimistas que se han escuchado en los dirigentes de la entidad bancaria. Pero confesó que efectivamente existe el riesgo de que no se alcance el acuerdo y Bankia se decida a ejecutar el título de crédito que ostenta contra la Fundación, e incluso el aval otorgado por la Generalitat Valenciana.
Y aquí terció Amadeo Salvo. El presidente ché advirtió a Bankia de que, aunque el empresario de Singapur era contrario a acudir a medidas extremas, dado su prestigio internacional, no descartaban acudir al concurso de acreedores si fuere necesario para garantizar la supervivencia de la entidad.
También se preguntó sobre la utilidad de la misma Fundación cuando ya se ha desposeído de las acciones, contestando Martínez que sí que la tenía. La actividad cultural (los museos), abandonada hasta ahora; el apoyo económico a la cadena de filiales, entre otras acciones, serán posibles gracias a los fondos que la venta de las acciones deja en las arcas fundacionales.
Otra pregunta comprometida interrogaba por si el club tendría que devolver el préstamo de más de cien millones de euros anunciado por Lim. Aquí Martínez comentó que era un préstamo a coste cero, sin intereses, y al ver Salvo que Aurelio no sabía qué responder, terció indicando que había varias fórmulas para reintegrar el préstamo, como, por ejemplo, echando mano de futuros dividendos. Muy optimista se mostró en esto el presidente del club cuando sabe que la palabra superávit no se conoce en el fútbol profesional español, salvo escasísimas excepciones.
Por lo demás, Amadeo Salvo aseguró, con respecto a la asamblea informativa, que «era necesario explicarlo, pero aquel que ha ganado -Peter Lim- lo tiene que explicar ahora en una junta general de accionistas. El valencianismo necesita estar informado y es lo que hemos pretendido, pero lo más importante es que -el aficionado- esté tranquilo porque se ha elegido lo mejor para el Valencia», ha comentado.
Está claro que ganó su favorito y así lo adelantamos en Iusport cuando comenzó este proceso. Salvo ha asegurado que «la inmensa mayoría del valencianismo camina en el mismo sentido» y que la llegada de Peter Lim al Valencia «no es un triunfo ni mío ni del consejo de administración, es un triunfo del Valencia».
No nos cabe la más mínima duda de que el astuto y hábil de Amadeo Salvo no habría llegado tan lejos sin la colaboración tan eficaz del profesor Aurelio Martínez. El prestigioso economista, desde la atalaya de la Fundación, supo dar, en todo momento, el armazón económico financiero y jurídico que necesitaba Amadeo Salvo. Una dupla casi perfecta.