Por José Miguel Fraguela //

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Las declaraciones del presidente de AFE de ayer jueves, tanto en la rueda de prensa oficial como en intervenciones ante distintos medios, resultan cuando menos sorprendentes.

 

Según declaró en la cadena Ser, Luis Rubiales exculpa a Villar y afirma que la única huelga la ha convocado AFE y que el resto de estamentos del fútbol simplemente la han respaldado.

 

Rubiales reconoció que la RFEF decretó la suspensión de las competiciones para el jornada del día 16-17, pero «sólo como medida preventiva» para que la jornada pudiese recuperarse, ya que entiende que una jornada de huelga, por definición, no es recuperable.

 

Dicho así, resulta que la huelga se ha quedado sin objeto. No puede haber huelga sobre una jornada laboral suspendida por la -super- patronal (La RFEF) previamente, esto es evidente.

 

Pero claro, resulta que el acuerdo de la RFEF del pasado martes sí que tiene toda la pinta de un cierre patronal, al menos temporal. En ningún momento la Junta de la RFEF matiza en su decisión que la suspensión de las competiciones se hace con el único objeto indicado por Rubiales, de carácter preventivo.

 

Todo lo contrario. Ya nos referimos en esta columna al enorme listado de cuestiones «pendientes» entre la RFEF y el CSD que enumera el comunicado de la RFEF y que a la postre la han conducido a tomar la decisión de «suspender todas las competiciones a partir del día 16 de mayo con carácter indefinido«.

 

Ojo con lo de «indefinido» porque, siguiendo el argumento de Rubiales, la huelga carecería de objeto no sólo en la penúltima jornada sino ad eternum, mientras no sea revocada la suspensión por la RFEF.

 

En fin, más allá de estas disquisiciones, lo relevante es que el Gobierno tiene dos frentes abiertos: la Federación y el sindicato de futbolistas, cada uno hijo de su padre y de su madre.

 

La Federación plantea negociar sobre estos temas:

 

– el reparto del 4,55% procedente de las Quinielas y su retirada sin motivo alguno por parte del Secretario de Estado para el Deporte;

 

– el estudio realizado sobre las consecuencias de la Ley de Emprendedores, «que conducen a la imposibilidad de la presencia de los colaboradores más imprescindibles en la organización del fútbol más humilde»;

 

– las inspecciones de la Agencia Tributaria y de la Seguridad Social a los clubes de futbol aficionado, «que han obligado a abandonar sus puestos a una elevada cantidad de directivos modestos, alma verdadera de nuestro deporte»;

 

– la situación de los requerimientos de reintegro por parte del CSD sobre «gastos efectuados, desembolsados y justificados con destino y destinatarios finalistas para el fútbol aficionado»;

 

– y las «continuadas injerencias del CSD», que obran en conocimiento de nuestra Federación Internacional (FIFA), «y que han motivado una seria advertencia por parte del máximo organismo del fútbol mundial, comunicada al Gobierno de España».

 

– y varios puntos del Decreto-Ley.

 

En cuanto a la AFE, a falta de que emitan un comunicado detallado, por el momento se conocen estos asuntos pendientes:

 

– un reparto más equitativo de los ingresos por los derechos audiovisuales; AFE considera que el Real Decreto aprobado desequilibra las diferencias entre los equipos de distintas categorías respecto a otros países que también venden sus derechos de forma centralizada.

 

– modificar aquellos aspectos del Decreto-ley que menoscaban los derechos de los jugadores;

 

– garantías de cobro para los jugadores;

 

– fondo de reserva que cubra el retiro de los futbolistas;

 

– otras discrepancias sobre el contenido del Decreto-Ley

 

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