[Img #7937]Las modificaciones introducidas hasta el momento no han sido aprobadas por el Consejo Superior de Deportes. Además el colectivo de promotores ha mostrado su preocupación porque se pueden quedar al margen del boxeo profesional. Si a todo ello, sumamos declaraciones desafortunadas, acusaciones veladas de algunas federaciones territoriales, etc. el panorama federativo boxístico se hace irrespirable.

 

Vamos a remontarnos a mayo del año 2013. En esa fecha se celebra el torneo “Futuros Campeones” con el amparo de la FEB. Aunque los púgiles participantes eran amateurs, los combates se desarrollaron con algunas reglas propias del profesionalismo. Así lo determinó al menos la AIBA, Asociación Internacional de Boxeo, organismo delegado de este deporte en los Juegos Olímpicos del que es miembro la FEB, que regula las normas del boxeo aficionado a nivel competitivo y que recientemente ha empezado a tener su propia versión profesional, compatible con el estatus olímpico de los boxeadores.

 

Como consecuencia de dicha apreciación, la AIBA impuso en octubre de 2013 la prohibición de participar en el Campeonato del Mundo de Kazajistán a los participantes en dicho torneo, los cuales no serían ya considerados elegibles a futuro, siendo, a su juicio, ya profesionales. Por ello, el boxeo español llegó a temer muy en serio por sus participaciones en los Juegos Olímpicos.

 

Ante tal decisión, la FEB interpuso en diciembre un recurso ante el TAS solicitando el levantamiento de la sanción. Posteriormente, el litigio se solucionaba de manera conciliatoria en diciembre de 2013, siendo retirada la impugnación por parte de su presidente Antonio Martín Galán. El ente federativo español mantenía, como consecuencia del acuerdo, el equipo amateur y se comprometía a hacer sus torneos de acuerdo a las normas ABP dictadas por AIBA, eliminándose la categoría neoprofesional. Desaparecía así la enorme preocupación de boxeadores aspirantes a asistir a los Juegos Olímpicos.

 

Hubo más contrapartidas para la FEB. La AIBA señaló que el ente federativo español,  si no quería ver mermada su participación en las olimpiadas, debía eliminar progresivamente (daba un plazo hasta el 31 de diciembre de 2016) cualquier relación con los organismos internacionales que rigen el boxeo profesional (Asociación Mundial de Boxeo AMB, Consejo Mundial de Boxeo CMB, Federación Internacional de Boxeo FIB, Organización Mundial de Boxeo OMB, Unión Europea de Boxeo EBU, etc.).

 

Por ello, el presidente Antonio Martín Galán se vio obligado a dimitir de sus cargos en el CMB y la EBU. Para entender dicha decisión, hay que tener en cuenta que la principal fuente de financiación de la FEB proviene de las ayudas del Consejo Superior de Deportes destinadas a la formación y preparación de los boxeadores aspirantes a participar en la cita olímpica.

 

Estos acontecimientos tenían que verse acompañados de reformas en los Estatutos de la federación. Estas fueron aprobadas en la Asamblea General desarrollada en mayo de 2014 donde se adaptaron determinados artículos a la normativa dictada por AIBA, principalmente en el sentido de eliminar cualquier tipo de relación con los citados organismos relacionados con el boxeo profesional.

 

Tras ser aprobada la modificación estatutaria por el órgano representativo, como es preceptivo, dicha reforma debía ser validada por el Consejo Superior de Deportes. Sin embargo, el máximo órgano ejecutivo del deporte español contestó el pasado mes de diciembre de 2014 indicando que las citadas modificaciones estatutarias no podían ser aprobadas debido a que debían ser más precisas respecto a las nuevas regulaciones estatutarias y reglamentarias con la finalidad de evitar malas interpretaciones, sobre todo por parte de AIBA.

 

Para añadir más leña al fuego, el pasado 13 de enero la denominada Asociación de Promotores de Boxeo, la cual agrupa por el momento a seis de estos, emitió un comunicado expresando su inquietud por el futuro del boxeo profesional español, del cual ellos hasta el momento eran los principales organizadores de veladas. Concretamente, los aspectos más preocupantes a juicio de esta entidad eran: “la eliminación de toda referencia al profesionalismo, salvo que fuera el regido por AIBA; eliminación explícita de todos los organismos de boxeo profesional (EBU-WBC-WBA-IBF-WBO); prohibición de que miembro alguno perteneciente a la FEB pudiera estar involucrado en boxeo profesional ajeno a la AIBA; prohibición de afiliación a entidad diferente a AIBA, prohibición de que cualquier órgano o comité de la FEB pueda estar afiliado a organismo distinto de AIBA, creación de la Liga Profesional con las premisas de estar bajo el precepto legal marcado por la Ley 17/1990 de 15 de Octubre (Ley del Deporte) y de estar bajo la disciplina deportiva y control médico de la FEB”.

 

Esta asociación terminaba indicado que se hacía necesaria una interlocución directa del Consejo Superior de Deportes y de la Federación Española de Boxeo con los organismos internacionales citados anteriormente ajenos a la AIBA, para que estos supieran como se verían afectados. Ponen en duda además “la legitimidad en la gestión del boxeo profesional durante los últimos meses y sobre si lo que se ha hecho tiene cobertura jurídica o no”, teniendo en cuenta que el Consejo Superior de Deportes no ha considerado definitivamente válidos los estatutos que salieron tras la última Asamblea General.

 

La respuesta de la FEB no se hizo esperar. Llegó también en forma de comunicados el viernes 16 de enero. Entendiendo la preocupación de determinados sectores de este deporte por el futuro del boxeo profesional, justificaba su actuación en el “interés general hacia y por todos los colectivos del boxeo español en su totalidad” en el marco del “profundo proceso de toma de decisiones por parte de los organismos internacionales más representativos del mismo”.

 

Continuaba indicado que “como máximo órgano representante del boxeo en España elegido democráticamente, no puede ni debe dejarse llevar ni por presiones ni por premuras en éste u otro sentido, velando por el boxeo español en su sentido más amplio y en defensa de todos los deportistas y practicantes de nuestro deporte”. También se instaba a determinados presidentes de las federaciones territoriales a cesar su relación con los organismos internacionales ajenos a AIBA, respetando la normativa de incompatibilidades. Por último, defendía la creación de la Liga de Boxeo Profesional como “modelo de vanguardia y de futuro, que está creando unas expectativas muy beneficiosas para el boxeo en su conjunto como deporte sano y saludable. Y esto se está viendo reflejado en el incremento del interés por parte de los medios televisivos y los sponsors.

 

La FEB se encuentra convencida de que es un formato que crea valor en nuestro deporte. De tal forma, da respuesta a unas demandas históricas por parte de los medios audiovisuales como es calendarizar y por tanto, establecer fechas y horarios garantizados, repetimos, demanda exigida por el medio televisivo, entre otras. Amén de lo que supone dicho calendario establecido para la preparación de los deportistas respecto a la competición. El objetivo de este formato de competición es simple y claro: crear una dinámica donde el deportista se encuentre activo y preparado para la competición, para mejorar el actual estado en el que se encuentran la mayoría de los deportistas: entrenar sin un objetivo establecido ni competición prevista, como desgraciadamente viene siendo habitual en los últimos años en nuestro deporte”.

 

A todo ello, hay que unir las muy desafortunadas declaraciones el pasado 12 de enero de Jorge Arévalo, máximo responsable en el seno de la FEB de la Comisión de Boxeo Profesional y de la Liga, que dejaban en muy mal lugar al boxeo como deporte y haciendo referencia a las graves consecuencias físicas y mentales que supuestamente su práctica conlleva en el más alto nivel. Ante tales declaraciones, varias federaciones autonómicas, encabezadas por la de Madrid, pidieron la dimisión o el cese de Arévalo. La decisión por parte del presidente, Martín Galán, no se hizo esperar y el jueves 22 Arévalo era cesado de todos los cargos que ostentaba.

 

También ese mismo día se anunció que el Vicepresidente Pedro Retuerto era apartado de sus funciones; lo que parece justificarse, según apuntan algunos medios, en el supuesto intento de este de encabezar una moción de censura contra Martín Galán. A estos ceses, se unen las dimisiones del presidente de la Comisión de Árbitros Francisco Alloza, del director de comunicación Jesús Buendía a causa principalmente de sus discrepancias con el presidente y su gestión.

 

Desde otros frentes, son continuas las críticas de varias federaciones territoriales, como la valencia o la balear, acusando a la FEB de irregularidades “por haber dejado participar en torneos de la FEB a púgiles que participan en torneos al margen de las Federaciones oficiales” y por hacer “negocio con la organización de los campeonatos de España Aficionados, todo ello a costa de las federaciones autonómicas y en muchos casos a costa de los propios deportistas y entrenadores, ya que algunas autonómicas no pueden sufragar el acudir con un equipo a dichos campeonatos”.

 

Ante esta situación insostenible, la FEB ha convocado una Junta Directiva Extraordinaria para el próximo día 27 de enero 2014, en la que serán tratados diferentes temas que están siendo objeto de conflicto. A saber: informe gestión presidente, situación del Boxeo AIBA, situación del Boxeo Profesional, nombramientos y ceses, y otras propuestas si las hubiere, presentadas por el Presidente o la Junta Directiva de la FEB.

 

Teniendo en cuenta los precedentes, lo más normal sería la convocatoria de una Asamblea General Extraordinaria en la que, al margen de comunicados públicos desde la distancia, los estamentos representativos del boxeo debatan y den la solución más consensuada posible a la peor crisis institucional que ha padecido este deporte en los últimos años. Este noble deporte no se merece la lamentable imagen que están trasladando sus gestores en sus diferentes ámbitos.

 

Por IUSPORT

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