Por Ramón Fuentes //

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Por suerte, hasta ahora nuestro fútbol no ha vivido esta temporada un capítulo de posible conmoción cerebral. Pero, si esto sucediera, el protocolo de actuación del árbitro del encuentro ha cambiado. Ya no será ni el entrenador ni el propio jugador afectado quienes adopten la decisión de continuar en el terreno de juego. Desde ahora es el galeno del equipo del propio jugador afectado quien tiene la máxima autoridad.

 

Todo es como consecuencia de la importante modificación aprobada en el último congreso de FIFA con el propósito de evitar incidentes como el sucedido entre el alemán Kramer y el argentino Garay en la final del pasado Mundial de Brasil. El jugador alemán sufrió un tremendo golpe en la cabeza y se mantuvo quince minutos más en el terreno de juego hasta que el propio arbitro solicito el cambio del jugador al darse cuenta que Kramer no sabía ni donde se encontraba. Todavía hoy no recuerda que sucedió aquel día.

 

Por suerte su vida no corrió peligro pese al fuerte traumatismo, pero UEFA entendió que este tipo de situaciones no podían volver a repetirse. A mediados de septiembre la propia comisión médica de la UEFA aprobó una propuesta que fue ratificada en el último Congreso de FIFA. A partir de ahora es el médico quien tiene la máxima autoridad.

 

Este nuevo protocolo esté en vigor desde finales de septiembre en la Champions y la Liga Europa, y desde ahora también en nuestra liga. Según establece el mismo, en aquellos casos donde algún jugador sufra un encontronazo fuerte en la cabeza; el árbitro podrá interrumpir tres minutos el encuentro. Esta interrupción es lógicamente orientativa y basada en el informe presentado por la propia Comisión médica de la UEFA y donde considera que sería el tiempo estimado que necesitaría un médico para hacer una evaluación rápida en el terreno del jugador que sufra el encontronazo. Esta interrupción del partido no es nueva. En los casos de lesiones graves o muy graves, los árbitros están habilitados para parar todo el tiempo que sea necesario el encuentro e incluso permitir la entrada de una ambulancia para que se lleve al jugador.

 

Volviendo a estos casos de conmoción cerebral, la gran novedad radica en la autoridad que adquiere el médico del equipo. Cuando el jugador solicite volver a ingresar en el campo, no podrá hacerlo sin antes preguntarle el árbitro directamente al médico sobre el estado de salud del jugador. Y será el galeno quien autorice que continúe jugando el encuentro. Si este se negara, por mucho que el jugador quiera continuar o incluso el propio entrenador, deberá ser cambiado automáticamente. Los árbitros de nuestro fútbol ya tienen en su poder la circular que UEFA ha enviado a todas las Federaciones nacionales.

Por IUSPORT

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