Los cambios sociales, económicos y tecnológicos siguen sucediéndose a una velocidad vertiginosa y afecta, como no podía ser de otra manera, al ejercicio de las profesiones.
En el sector de los abogados, los clientes también presionan cada vez más para abaratar las tarifas, y proliferan las firmas legales del tipo de aseguradoras, y otras formulas que dan pie a nuevas salidas profesionales de un abogado.
Ignacio Bao, presidente mundial de Signium International, afirma que «se tiende a reducir los costes, el número de asociados intermedios y también de socios, aunque estos últimos son los que más se van a demandar por parte de los clientes. En este escenario surgirán nuevas salidas profesionales que tendrán que ver con aquellos abogados que se incorporen a lo que se conoce como “Paralegal», gestión administrativa pura.
Hay una parte del negocio que se puede hacer sin tanta especialización. En los despachos se advierte cómo crece el peso de la gestión administrativa (Paralegal), hacia donde tiende a parar una masa excedentaria de abogados dedicada a cuestiones como la redacción preliminar de escritos o el seguimiento procesal.
Se trata de una situación en la que las facturaciones se irán reduciendo e importará cada vez más el margen, hacer lo mismo con más gente y a un coste más bajo.
En su libro premonitorio The End of Lawyers (El fin de los abogados), Richard Susskind, una especie de Nostradamus legal, plantea cómo la inteligencia artificial, los sistemas de gestión del conocimiento o la eliminación de las restricciones regulatorias revolucionarán la práctica profesional y darán lugar a nuevos trabajos para cubrir nuevas necesidades. Susskind cree que la eficiencia y la colaboración son las dos estrategias centrales que ayudarán al objetivo de «hacer más con menos», el que parece ser el gran reto de muchas firmas legales.
Todos estos cambios dan lugar, según Susskind, a nuevos perfiles y roles como el curator legal o el ingeniero de conocimiento, el consejero de confianza, los gestores de riesgos legales –que se anticipan a los problemas jurídicos y trabajan con los usuarios finales para reducir la necesidad de servicios legales más costosos– y lo que denomina híbridos legales, que son básicamente roles multidisciplinares desempeñados por profesionales que proporcionan consejo legal sofisticado y que sirven de puente entre diversas especialidades.
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