![[Img #2550]](upload/img/periodico/img_2550.jpg)
La UEFA ha emitido este viernes 6 una nota en la que informa de importantes decisiones tomadas por el Comité de Control y Disciplina (CDB) sobre los últimos casos por racismo abiertos en la UEFA Europa League:
FK Vojvodina – Budapest Honvéd FC, partido de ida de la segunda ronda de clasificación de la UEFA Europa (18/07/13)
El Budapest Honvéd ha sido sancionado por la conducta impropia de sus aficionados (Artículo 14 del reglamento disciplinario) por su comportamiento y cantos racistas. El equipo húngaro tendrá que jugar su próximo partido en casa a puerta cerrada. El Comité de Control y Disciplina también ha decidido revocar la suspensión de la sanción al Honvéd establecida por dicho comité el 22 de agosto de 2008 de jugar un partido de competición UEFA a puerta cerrada. El CDB ha ordenado que el Honvéd juegue otro partido más como local a puerta cerrada. Además deberán pagar una multa de 50.000 euros.
KKS Lech Poznań – VMFD Žalgiris, partid de vuelta de la tercera ronda de clasificación de la UEFA Europa League (08/08/13)
El Lech Poznań ha sido sancionado por la conducta impropia de sus aficionados (Artículo 14 del reglamento disciplinario) por su comportamiento racista y por desplegar pancartas racistas. Habrá una clausura parcial del estadio del Lech, en concreto la grada donde se sitúan los ultras del equipo polaco, durante su próximo partido de competición UEFA como local. El Lech ha sido multado con 5.000 euros.
GKS Piast Gliwice – Qarabağ FK, partido de vuelta de la segunda ronda de clasificación de la UEFA Europa League (25/07/13)
El Piast ha sido acusado por la conducta inapropiada de los aficionados (artículo 14 del reglamento disciplinario) con actitudes racistas y exhibición de una pancarta racista. Habrá un cierre parcial del estadio del Piast, en particular la grada de los ultras del conjunto polaco durante su próximo partido de competición de clubes de la UEFA como local. El Piast también ha sido multado con 50.000 euros.
La lucha contra el racismo es una prioridad para la UEFA. El órgano del fútbol europeo tiene una política de tolerancia cero hacia el racismo y la discrimiación en el campo y en las gradas. Todas las formas de comportamientos racistas se consideran infracciones graves de las normas disciplinarias e implica un castigo con una sanción muy severa.