Las revueltas sociales de los últimos meses, y la crisis, han acabado con el esplendor deportivo que se prometía Brasil.
Los acontecimientos se han precipitado. El Gobierno de Río de Janeiro rescindió el contrato que le unía con los organizadores de la gala de entrega de los Premios Laureus, considerados los «Oscar del Deporte». Estos premios son concedidos anualmente, desde el año 2000, por la Academia Laureus World Sports a los mejores deportistas del mundo, por méritos tanto individuales como colectivos.
La rescisión del contrato obliga al Gobierno regional a pagar las sumas correspondientes a los dos años en que Río debería ser sede. En breve serán anunciados los planes para la ceremonia de entrega del premio de este año.
Pero el asunto no queda ahí. Otros eventos también han sido cancelados, como el Athina Onassis Horse Show, concurso hípico cuyos organizadores se cansaron de los retrasos producidos en la capital carioca en el acondicionamiento de sus instalaciones, o el foro Soccerex, que también ha visto canceladas sus ediciones de 2013. Soccerex, creada en 1995, es el principal proveedor de eventos de negocios para la comunidad global del fútbol. La convención reúne a ejecutivos clave de la industria del mundo del fútbol, brindando un ambiente comercial donde los delegados pueden beneficiarse de oportunidades de negocios.
Río también ha visto esfumadas sus opciones para acoger las Finales de la ATP World Tour a partir de 2016.
En este contexto, la Secretaria de Estado de Deporte y Ocio (SEEL) del Gobierno de Rio de Janeiro han anunciado la supresión de cualquier ayuda pública destinada a la organización de eventos deportivos y la recomendación a los organizadores de recurrir a la financiación privada “a través de la Ley de Incentivo al Deporte y la Cultura, que concede exenciones fiscales a los patrocinadores”.
La ciudadanía no perdona a los dirigentes la inversión pública en estos eventos en una cuantía superior a los 30 millones de euros.
Y lo peor es que a las inversiones realizadas habrá que sumar las indemnizaciones por las cancelaciones. El representante de Soccerex, Duncan Revie, se quejó del «trato vergonzoso -recibido- del Gobierno de Río», añadiendo que «es un incumplimiento de contrato que llevaremos ante la Justicia. Pero lo más triste de todo es la falta de respeto. Fuimos avisados por correo electrónico de que nuestro acuerdo se había roto”, denunció.
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