El vicepresidente de la Federación de Castilla y León de fútbol y presidente de la Delegación Vallisoletana, Manuel Heredia, ha asegurado hoy a Efe que la huelga de este fin de semana es «una medida dura pero necesaria para llamar a la reflexión porque puede estar en riesgo el futuro del fútbol aficionado».
«No nos negamos tajantemente a que haya cierta regularización pero que sea razonable porque algunos directivos que colaboran con el fútbol desinteresadamente podrían dejar de hacerlo», ha asegurado Heredia.
La Junta Directiva y la Comisión delegada de la Asamblea General de la Federación de Castilla y León de Fútbol acordó, en su reunión conjunta celebrada el martes, la paralización de todas las competiciones organizadas bajo su tutela y que se tendrían que celebrar el próximo fin de semana.
«Esta medida la adoptamos en defensa de los intereses del fútbol base y se trata de una medida extraordinaria porque es una de las decisiones más duras y tristes que se podían tomar y hay que decir que se debatió durante más de tres horas», ha agregado.
«Solamente en la capital y la provincia vallisoletana se han suspendido 250 partidos. Para hacerse una idea de lo que supone esta huelga, afecta a más de cuarenta mil jugadores en toda Castilla y León», ha aseverado.
«Nosotros solicitamos que se tengan en cuenta las peculiaridades del fútbol modesto pues, de lo contrario, muchos clubes podrían verse abocados a la desaparición», ha insistido.
El problema se suscita tras el estudio realizado por el CSD y el Ministerio de Empleo y Seguridad Social sobre la relación jurídica y encuadramiento de la actividad desarrollada por los clubes y entidades deportivas del fútbol base y aficionado, que obliga a la contratación laboral y cotización al Régimen General de la Seguridad Social de todas las personas relacionadas con los clubes.