La sección 23 de la Audiencia Provincial de Madrid ha celebrado este lunes el juicio. Estaba previsto que se prolongase durante cuatro días, pero un acuerdo entre las partes ha conllevado que se hayan retirado las acusaciones a dieciocho de ellos, de manera que han quedado absueltos.
Tras el acuerdo judicial, Martín Vicente devolvió más de 140.000 euros que el Comité Paralímpico Español, personado como acusación particular, consideraba que había defraudado, al no hacer llegar a los deportistas subvenciones y premios.
Los procesos largos, al final, son un chollo para los acusados. El fiscal pedía dos años de cárcel, pero se aplicó el atenuante de la dilación indebida. El proceso comenzó hace 13 años.
Para verguenza nacional, la trama permitió a España ganar el oro en los Juegos Paralímpicos de Sidney 2000 contando con 10 baloncestistas sin acreditar la discapacidad intelectual.
Además del expresidente de la FEDDI, participaron en la trama -supuestamemte- los médicos, psicólogos y técnicos que formaban parte del Comité seleccionador que debía decidir si los jugadores cumplían con los requisitos de la competición.
Solo dos de los doce baloncestistas que se colgaron el oro contaban con el certificado de discapacidad intelectual.
Los JJOO Paralímpicos de Sidney
En el mes de octubre de 2000 se celebró la XI edición de los Juegos Paralímpicos en Sidney, destinados a personas con minusvalías físicas, psíquicas y sensoriales, con la participación de 200 deportistas españoles.
Los ahora exonerados participaron a sabiendas de que carecían de toda discapacidad, y por tanto del correspondiente certificado oficial de minusvalía expedido por el INSERSO o el organismo pertinente de la comunidad autónoma.
Uno de los jugadores, el periodista Carlos Ribagorda, se infiltró en el equipo para sacar a la luz que de los doce componentes del equipo solo dos eran minusválidos. Tras saltar el escándalo, varios de los deportistas devolvieron la medalla de oro que habían obtenido en la competición.
Tras quedar visto para sentencia, Carlos Ribagorda ha explicado que decidió destapar la estafa después de que tuviera conocimiento que varios de los jugadores de baloncesto que compitieron en Brasil en 1988 y en el Eurobasket de 1999 no eran minusválidos. «A partir de ahora habrá un sistema de medición mucho más fiable», ha reseñado.
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