Por vez primera en un Mundial, un artilugio tecnológico ha permitido anotar un gol que difícilmente habría subido al marcador sin su ayuda. El acontecimiento se produjo este domingo en el partido entre Francia y Honduras, donde el Detector Automático de Goles (DAG) resolvió la primera duda surgida en la línea de gol.
Karim Benzema disparó en el minuto 48 un balón que chocó en el palo, dio después en la rodilla del portero hondureño Noel Valladares y cruzó -efectivamente, según de DAG- la línea de gol.
Benzema dudó en celebrar durante unos segundos, pero el árbitro brasileño Sandro Ricci levantó inmediatamente el brazo indicando que el tanto subía al marcador después de recibir en su reloj la señal del DAG.
El Mundial de Brasil será recordado, entre otras cosas, por haber sido el primero de la historia en usar la tecnología en los llamados «goles fantasma».
Un total de 14 cámaras situadas en la parte alta de los estadios -siete orientadas hacia cada portería- controlan si la pelota traspasa o no la línea de meta y comunican al reloj del árbitro en menos de un segundo si fue o no gol.
Las cámaras y el software triangulan la posición de la pelota y determinan si está dentro de la portería o no. Cuando el esférico entre, el árbitro principal y sus tres asistentes reciben una señal visual y por vibración en su reloj.
