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Ramón Fuentes comenta hoy en IUSPORT que representantes de la Federación Española de Fútbol y presidentes de las territoriales llevan un tiempo manteniendo reuniones con representantes del Gobierno en orden a limar asperezas para reconducir las relaciones entre ambas instituciones.
Eso explica, dice Ramón, que en el Consejo Superior de Deportes no se haya planteado ninguna estrategia parecida a la emprendida con la Federación de Tenis.
La diferencia está, dice Ramón Fuentes, en el talante que está mostrando Ángel María Villar con el Ministerio competente en deporte de este país, aún estando las relaciones personales como están con su antiguo amigo y actual Secretario de Estado para el Deporte, Miguel Cardenal.
Fuentes recuerda que el Consejo Superior de Deportes reclama unas cantidades muy importantes a la casa del fútbol español. Concretamente son cerca de 8 millones de euros los que estiman que no están suficientemente justificados y que responderían a las subvenciones ordinarias durante los años 2012, 2013, 2014. De hecho ya hay una resolución oficial de reclamación de dos de esos ocho millones, resolución que está recurrida por la Federación Española de Fútbol.
Como os hemos venido contando desde meses atrás en IUSPORT, este dinero o subvención es posiblemente el punto de partida de las desavenencias y el distanciamiento producido de un tiempo a esta parte entre Ángel María Villar y Miguel Cardenal.
A raíz de estas subvenciones es como se originó la guerra entre el Consejo Superior de Deportes y la Federación Española de Fútbol. Hasta el punto de que hace aproximadamente un mes se llegó a filtrar de forma intencionada que el CSD podía actuar de forma similar a como acaba de hacerlo con José Luis Escañuela, proponiendo su inhabilitación al Tribunal Administrativo del Deporte. Noticia que inmediatamente salió a desmentir el propio Miguel Cardenal.
A este conflicto sobre las subvenciones se suma la situación de desamparo que consideran ha quedado la Federación Española de Fútbol en el reparto del Real Decreto-Ley sobre la venta centralizada de los derechos audiovisuales. Especialmente en la forma de designación que ha establecido el Gobierno del dinero que se destinaría a la Federación y que nunca pasaría por sus manos sino que iría directamente a las territoriales o a quien estimara oportuno el Consejo Superior de Deportes. Esta redacción se interpreta como un “castigo” precisamente por no querer o estar poniendo trabas para justificar esos ocho millones de las subvenciones del estado.