[Img #4976]Es admirable el ascenso matemático a Primera División logrado por el Eibar en la antepenúltima jornada de Segunda. Tanto que ni siquiera se trataba de un objetivo de la entidad, la que posee el presupuesto más bajo de la categoría y con una plantilla que viene de Segunda B.

 

Pero, como saben los lectores de Iusport, el CSD comunicó en febrero pasado al club vasco que debe ampliar en 1,7 millones de euros su capital social, bajo pena de ser descendido a Segunda B.

 

El club solicitó, sin éxito, que se tuviera en cuenta su patrimonio neto positivo (1.471.000 euros) y sus 800.000 euros de fondos propios (repartidos entre beneficios y un capital social de 422.253).

El 6 de agosto de 2014 es la fecha clave para que el Eibar logre recaudar el dinero que le permita mantenerse en la máxima categoría recién lograda.

 

Dicho esto,  lo cierto es que se han disparado las especulaciones acerca de la hipótesis  de que finalmente el Eibar sea descendido administrativamente.  ¿Quién ocuparía su plaza en tal eventualidad?

Parece un asunto sencillo, pero no lo es. Decidir quién tendría mejor derecho para ocupar la plaza que podría dejar vacante el –matemáticamente ascendido- Eibar, por un eventual descenso administrativo, no es tarea fácil.

 

La primera respuesta que cabría dar a esa hipótesis sería reconocerle el derecho al club mejor colocado después de los ascendidos, pero resulta que cuando ha de tomarse la decisión (no antes del 6 de agosto), ya se habría celebrado la fase de ascenso de la que habría salido el tercer equipo que acompañaría al Depor y al Eibar, lo que supone una complicación adicional.

 

En ese escenario hipotético, ¿quién tendría mejor derecho: el último que había descendido de Primera (el Osasuna) o el siguiente clasificado de Segunda División?

 

Y en este segundo supuesto, ¿quién sería el mejor clasificado de Segunda: el mejor situado en la tabla en la liga regular, o el perdedor de la última eliminatoria que habría decidido el tercer equipo para el ascenso?

 

La RFEF ha venido manteniendo el principio general de que quien baja-baja, es decir, que el descenso deportivo debe consumarse siempre, y que el mejor derecho lo tiene siempre el de la categoría inferior. Sobre esta base, parece que el Osasuna  tiene pocas posibilidades de seguir en Primera.

 

¿Y luego qué? ¿Dentro de Segunda, a quién se le reconocería mejor derecho?

 

La papa caliente es para la RFEF y la LFP. Desde nuestra atalaya nos atrevemos a aventurar que optarán por el criterio del club mejor clasificado durante la liga regular, de ahí la importancia que tiene el tercer puesto antes de comenzar la fase de ascenso.

 

Huelga decir que todo esto quedará en mera especulación si el Eibar consigue, como es deseo mayoritario, completar el capital social exigido por el Consejo Superior de Deportes antes del 6 de agosto,  pero eso es un futurible que difícilmente se decantará antes de que termine la fase regular.

 

Por IUSPORT

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