Informa el diario El País que fueron necesarias tres rondas de votaciones y cuatro horas de tensiones, la reducción del quórum del 75% al 50 % y varios insultos entre los delegados, para que finalmente los clubes de fútbol italianos eligieran al nuevo presidente federativo: Carlo Tavecchio, un personaje que se encuentra en el centro de la polémica por sus comentarios de tono racista.
No valieron, prosigue el citado diario, las presiones de la política, las dudas de las instituciones deportivas internacionales y ni siquiera la oposición entre los equipos autóctonos: el que guió durante 15 años la Liga Dilettanti, que engloba a los 90 equipos de fútbol de aficionados y de fútbol femenino o de playa, venció con el 63% al único contrincante, el exjugador y vicepresidente de la FIGC, Demetrio Albertini.
Y es que el 25 de julio, anunciando oficialmente su carrera hacia la presidencia, Tavecchio salió con esta frase: «Inglaterra estudia si los futbolistas que llegan al país cumplen con la profesionalidad necesaria para poder jugar. Aquí, en cambio, llega un Opti Poba (nombre hipotético africano) que antes comía plátanos y ahora juega de titular en el Lazio». No le valió pedir disculpas. También porque el parche fue casi peor: “Me han tratado peor que al asesino de Kennedy”.
Ello provocó que nueve equipos de la Serie A le retiraran la confianza e incluso que pidieran la retirada de ambos candidatos y la asignación de un comisario extraordinario. Ayer votaron en su contra Juventus, Roma, Torino, Sampdoria, Sassuolo, Empoli, Cagliari y Fiorentina.
El diario El País recuerda que hace años, para promover la Liga femenina, Tavecchio había propuesto el lema: “Desnúdate y juega”. El asunto trascendió los confines del deporte. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, tildó sus frases de “incalificables”; Damiano Tommasi, presidente de la Asociación de Futbolistas, reconoció estar “desconcertado y avergonzado”; mientras que Cécile Kyenge, exministra para la Integración, vejada por insultos racistas y hoy diputada europea, las calificó “como piedras que pueden causar episodios de violencia verbal y física”.
A pesar de todo, Tavecchio mantuvo la mayoría de los 278 delegados, necesaria en la tercera ronda (en la primera es preciso alcanzar el 75% de los votos, en la segunda el 65%).
No parece que el fútbol italiano haya encontrado el aire fresco que buscaba, entregándose a este presidente. Como dice el medio citado, «si, como es arraigada creencia popular, el calcio es el espejo del país, tornasol de su cultura y metáfora de sus gozos y disgustos, el voto de ayer abre interesantes reflexiones».