La presión sobre el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, para que publique cuanto antes el informe sobre la investigación de las concesiones de los Mundiales de fútbol de 2018 y 2022 sigue aumentando.
El presidente Blatter conoció antes del Mundial de Brasil el resultado de la investigación interna sobre este asunto, pero de ninguna forma estaba dispuesto a que este affaire salpicase la imagen de la organización internacional cuando todos los focos mundiales estaban puestos sobre ella con motivo de la cita mundialista.
Por eso, ordenó al investigador Michael García, ex fiscal en Nueva York y autor del informe, que mantuviese reservado el informe -ya concluido- sobre Qatar y Rusia hasta que concluyese el evento futbolístico por excelencia.
Pero la excesiva demora por parte de la FIFA en hacer público el informe ha suscitado reacciones diversas con exigencias depara que se haga público ya.
Recuérdese que el presidente del órgano de instrucción de la Comisión de Ética de la FIFA, Michael J. Garcia, y su vicepresidente, Cornel Borbély, trasladaron el 5 de septiembre pasado el informe, de 350 páginas, sobre la investigación de las candidaturas de las ediciones 2018/2022 de la Copa Mundial de la FIFA al órgano de decisión.
Una de esas voces críticas proviene del propio autor, Michael J. García. Ahora se han sumado la del presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB), Wolfgang Niersbach, la del presidente de la UEFA, Platini, y ahora también la del mismísimo presidente de la Comisión de Ética de la FIFA y juez de Múnich, Joachim Eckert. Y hay más.
«Creo que es justificable pedir que la opinión pública sea informada sobre una denuncia. Así es como se hace también en el ámbito de la justicia penal estatal, donde se da a conocer a los acusados y sus infracciones», afirmó Eckert en declaraciones publicadas hoy por el diario alemán «Frankfurter Allgemeine Zeitung» (FAZ).
Hace casi tres semanas García entregó a la comisión ética de la FIFA el informe de 350 páginas resultado de un año de investigación sobre la concesión de los próximos Mundiales a Rusia (2018) y a Qatar (2022).
Sin embargo, sigue sin esclarecerse si el resultado de la investigación se hará o no público. Para ello es necesaria una modificación del párrafo 36 de las reglas éticas de la FIFA. «Sólo el comité ejecutivo de la FIFA podría cambiarlo ahora por mayoría de votos», explicó Eckert.
También Niersbach se mostró firme en la necesidad de publicar el informe. «Desde la DFB no deseamos más que una rápida explicación y liquidación de este asunto para poder acabar por fin con todas las especulaciones y suposiciones», indicó al FAZ. «Creo firmemente en que las conclusiones de la comisión ética verán finalmente la luz», agregó.
Desde hace semanas y meses, Blatter y la FIFA tuvieron que hacer frente a duras críticas.
Más voces
Otros miembros ejecutivos de la FIFA, como Ali Bin Al Hussein (Jordania), Jim Boyce (Irlanda del Norte) o Jeffrey Webb (Islas Caimán) quieren que se dé a conocer ya el informe.
«Se tomará una decisión, quizá en primavera (boreal)», indicó Eckert la pasada semana. No obstante, el alemán especificó que ello no implicará buscar una nueva sede para el Mundial o anular la elección tomada. «Ese no es nuestro deber (…) Esa es una decisión del comité ejecutivo de la FIFA o del congreso. Tampoco daremos ningún tipo de recomendación».
El jurista explicó, además, que la comisión de ética valorará el informe de García hasta «finales de octubre, principios de noviembre».
La concesión de ambos Mundiales estuvo marcada por sospechas de corrupción antes incluso de que se tomara la decisión en 2010.
El sorprendente triunfo de Qatar levantó suspicacias. El comportamiento de la candidatura y las altas temperaturas abrieron un debate sobre Qatar 2022, que aún no tiene fechas fijas debido a las calurosas temperaturas del país en los meses en los que tradicionalmente se disputan los Mundiales de fútbol. Incluso, aún está abierta la posibilidad de que el torneo se celebre en otra sede.
