Una oferta por la mayoría accionarial del Levante que posee la propia Fundación del club, cuyo patronato la rechazó, convulsionó en 2015 la paz social que había vivido desde la llegada de Quico Catalán a la presidencia en enero de 2010.
El empresario estadounidense Robert Sarver, de largo y exitoso recorrido en el sector bancario de su país y propietario también de la franquicia de la NBA de los Suns de Phoenix, era la ‘cabeza visible’ de un grupo de empresarios que trataron de comprar la entidad entre los meses de junio y julio.
La oferta inicial fue de 56 millones de euros por las acciones y permitía que los activos inmobiliarios del club pasaran a ser propiedad de la Fundación, una manera de demostrar que sus intereses no estaban en ese campo.
Sarver viajó a Valencia en el mes de julio y expuso su proyecto a los miembros de la Fundación, pero unos días después su patronato, en el que eran necesarios dos tercios de los votos para aceptar la operación, tumbó la propuesta con catorce votos favorables a la venta, trece en contra y dos abstenciones.
Entre los que votaron en contra estuvo Quico Catalán, una actuación de la que Sarver aseguró que tanto el presidente como su familia, algunos de cuyos miembros también lo son del patronato, habían cambiado de opinión en el último momento, una teoría que el dirigente rechazó.
El rechazo de la venta provocó la dimisión del vicepresidente del consejo Tomás Pérez, que también era patrono, y del representante del Sindicato del Accionista Minoritario en el Patronato de la Fundación.
De hecho, esta agrupación impugnó la decisión del patronato por entender que había incumplido la ley de fundaciones.
Esa fractura social propició que se haya iniciado un proceso de «modernización» de la Fundación Cent Anys, cuyo presidente, José Manuel Fuertes, llegó a presentar su dimisión, aunque finalmente reconsideró su postura a petición de los patronos y siguió al frente de la misma estos meses para pilotar el proceso.
Hace un par de semanas se presentaron los nuevos estatutos que se han elaborado, y que deben recibir el visto bueno del protectorado de fundaciones de la Generalitat Valenciana.
Las novedades radican principalmente en la composición y el nombramiento de los patronos y se certifica que aquellos propuestos por el club deberán abstenerse cuando la Fundación estudie su voto para los asuntos a tratar en la Junta de accionistas del club.
Todos estos movimientos no impidieron que el consejo de administración, con el apoyo de la Fundación pero con el rechazo del SAM, sacara adelante el pasado 10 de diciembre las cuentas del pasado ejercicio, con un superávit de cinco millones, y un presupuesto de cuarenta millones para esta temporada, lo que supone un récord para el club propiciado por los mayores ingresos previstos por derechos televisivos.
En este último trimestre del año, también se ha producido un relevo al frente de la Delegación de Peñas del club, cuyo presidente es ahora Gabriel Salinas, que fue el único que presentó candidatura, y en la Asociación de Veteranos, al frente de la cual está el ex capitán Sergio Ballesteros.
