El Juzgado de lo Mercantil nº 4 de Madrid publicó un anuncio en el BOE del pasado 24 de septiembre de 2013, comunicando que se había declarado en concurso voluntario a la Federación Española de Espeleología.
En una carta abierta fechada el 26 de diciembre de 2012, el presidente de la Federación explicaba por qué estaba abocada al concurso de acreedores, culpando a la reducción de la subvención del CSD y a la crisis la situación que padece, y que resumía como sigue:
«1. La Federación Española de Espeleología no dispone de recursos para hacer frente a pagos correspondientes al ejercicio 2012, siendo nuestro principal acreedor el propio Consejo Superior de Deportes, por lo que habiendo entrado en una situación de insolvencia es preceptivo acudir al concurso voluntario de acreedores.
2. La estructura federativa a partir del ejercicio 2013 debe cambiar de manera que pueda ser gestionada únicamente con los recursos propios que pueda generar.
Respecto al Concurso Voluntario de Acreedores el objetivo es establecer un plan de viabilidad aprobado por el Juez de lo Mercantil, que permita la continuidad de la Federación y paralizar la reclamación de las deudas de la Federación hasta la fecha de su interposición.
Durante el tiempo que dure la tramitación del citado concurso la federación será gestionada por Administradores Concursales independientes por lo que toda la actividad económica, tanto los ingresos como los gastos serán oportunamente fiscalizados, por lo que hay completas garantías de que cualquier cobro o pago tendrá su destino adecuado, en tanto en cuanto se aprueba el plan de viabilidad.
En cuanto a la estructura federativa, a partir de 2013 será prácticamente voluntaria lo que nos obligará a reducir los horarios de atención al público y a centrarnos en tres objetivos primordiales:
• Tramitación de las licencias y seguros deportivos de los federados (seguro que te garantizo que te dará cobertura durante todo el año 2013).
• Mantenimiento de los servicios del Albergue de Ramales de la Victoria.
• Organización de las actividades y cursos de la Escuela Española de Espeleología.
Además de lo anterior, es fundamental buscar nuevos medios de generación de recursos propios en un periodo de crisis sin precedentes ya que, como os he dicho, en un futuro próximo no vamos a contar con financiación pública».
Efectos desintegradores
La Federación Española de Espeleología es una federación importante en el contexto internacional, pues España es uno de los países del mundo con mayor patrimonio natural espeleológico.
Sin embargo, la mala situación económica generó graves tensiones entre los dirigentes de la Española y los de las federaciones autonómicas hasta el punto de que acabaron con la expulsión -manu militari- de once federaciones territoriales (Asturiana, Aragonesa, Canaria, Cántabra, Castellano Leonesa, Catalana, Gallega, Madrileña, Navarra, Riojana y Valenciana).
Estas federaciones denunciaron que la Federación Española «ha ido contrayendo deuda tras deuda siendo en estos momentos su déficit de más de 460.000€, lo que le ha obligado a entrar en concurso de acreedores, siendo muy difícilmente viable».
Los dirigentes territoriales añaden que «a principios de este año [2013], y como método de financiación, la Federación Española estableció una cuota que deberíamos pagar las federaciones autonómicas. Esta cuota está vinculada a las licencias que cada federación autonómica emite, resultando de este modo cuotas diferenciadas para cada federación autonómica».
Las mayoría de las autonómicas (11 de 16) opinaron que «esto es manifiestamente ilegal ya que la licencia, (autonómica o habilitada) es un derecho individual que tiene cada espeleólogo y no se puede vincular a una cuota institucional federativa, que en todo caso tiene que ser igual para todas las federaciones autonómicas».
Ante esta situación, las asambleas generales de once federaciones autonómicas decidieron no pagar dicha cuota, «y la Federación Española de Espeleología decidió expulsarnos (desintegrarnos en el lenguaje por ellos empleado)», reza el comunicado.
Los afectados denuncian, además, que tal «desintegración se produjo de forma absolutamente ilegal e irregular, (ni se nos dio trámite de audiencia, ni se nos comunicó ni como, ni ante que órgano, ni en que plazos, se podrían presentar alegaciones).
Esta decisión de la Federación Española de Espeleología fue recurrida ante el CSD por las citadas federaciones territoriales y está pendiente de resolución.
Ante la situación planteada, las mismas federaciones han decidido, simultáneamente, crear la Confederación de Espeleología y Cañones (CEC), cuyo primer presidente es Hilari Moreno i Castelló, presidente de la catalana.
La Confederación de Espeleología y Cañones (CEC).
La CEC agrupa el potencial espeleológico más importante de España tanto por territorio como por número de espeleólogos federados. Suman unos 5.500 espeleólogos, de los aproximadamente 7.000 federados que hay en todo el Estado Español, y en el aspecto territorial agrupa las zonas kársticas, volcánicas y de descenso de cañones más importantes del Estado Español.
En cuanto a su funcionamiento, las once federaciones autonómicas que constituyen la CEC presumen de que «lo hacemos:
•En pie de igualdad.
•Los cargos son rotativos, con una duración de dos años.
•El funcionamiento es asambleario, debiendo tomarse las decisiones por mayoría cualificada de dos tercios.
•El objetivo primordial es poner en valor la espeleología de exploración.
•Los federados de las once federaciones autonómicas citadas quedan integrados en esta Confederación».
Escenario actual
A partir de ahora surgen varias cuestiones. Por un lado, la papa caliente que le ha caído al CSD y que le obliga a resolver acerca de la expulsión de las once federaciones territoriales.
Por otro lado, la nueva Confederación de Espeleología y Cañones no ha sido reconocida por el CSD en ninguno de los tipos asociativos de segundo grado previsto en la Ley del Deporte de 1990. Esto complicará aún más las cosas, pues las competiciones que organice esta Entidad –formalmente- No Deportiva serán de carácter estrictamente privado, sin que sus resultados puedan homologarse en el ámbito federado español e internacional.
El asunto promete.