El Juzgado de lo Social número 3 de Tarragona ha dictado una nueva sentencia llamativa en un caso de clausulas de rescisión.
Se trata del pleito que enfrentaba al jugador Alberto Benito contra el Nàstic de Tarragona como consecuencia de la resolución unilateral por parte del jugador para fichar por el filial del Real Sporting de Gijón.
El Nàstic reclamaba la totalidad cláusula de rescisión, fijada en 1,5 millones de euros, pero el juez considera «prudente atenuarla», a pesar de haber sido pactada voluntariamente, porque era «excesivamente elevada en relación con las condiciones particulares» del jugador.
La sentencia fija la cantidad a indemnizar al Nàstic en 53.800 euros.
La sentencia entiende que estas cláusulas se fijan para evitar que un club invierta en un jugador y que, al no poderles pagar fichas muy elevadas, se vayan a otro club más competitivo en lo deportivo y en lo económico.
Sin embargo, añade la sentencia, «no es lo mismo que hubiera fichado por un equipo de Primera División y con una ficha cuantiosa que fichar por un club de las mismas características en tanto que juega en Segunda B».
La resolución judicial añade que en el Nàstic su sueldo era de 14.000 euros al año, en la siguiente temporada 2013-204 de 18.000 y en la tercera y última, de 24.000 más incentivos.
Con esa base, el juez tiene en cuenta que el jugador incumplió dos de los tres años de contrato y su sueldo actual (40.000 euros al año) para fijar la indemnización.
Por último, también ordena al Sporting de Gijón como responsable subsidiario.
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