Hasta ahora podemos afirmar que las relaciones entre el secretario de Estado, Miguel Cardenal, y la directora general del CSD, Ana Muñoz, eran más que buenas.
Sin embargo, algo parece haber ocurrido últimamente y podría ser que ese tándem esté próximo a su fin.
La gota que habría colmado el vaso parece que ha sido el posicionamiento de Ana Muñoz al lado de la campeona del mundo y de Europa de Bádminton, la onubense Carolina Marín, cuando esta pidió la dimisión del presidente de la Federación Española de este deporte, David Cabello.
Carolina Marín se ha manifestado así en un encuentro celebrado ayer sobre el éxito en el deporte español que acoge la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander, en el que ha explicado que existe un conflicto con la Federación Española de Bádminton que tiene, entre otros componentes, una base económica.
Acompañada por su preparador y por la directora general de Deportes del Consejo Superior de Deportes (CSD), Ana Muñoz, como moderadora del encuentro, la deportista ha relatado que ese conflicto comenzó en octubre cuando, después de ganar el mundial, intentó buscar patrocinadores y se le pusieron «impedimentos».
En este tiempo la deportista asegura que ha sido «amenazada» a través de su representante y que se ha sentido «como una porquería». «He llorado muchas veces y he tenido pesadillas», ha añadido Carolina Marín, que ha lamentado que quien debería buscar una solución «no lo está» haciendo, lo que «está afectando al bádminton español».
Por ello, y tras nueve meses de enfrentamientos, considera que «lo mejor a día de hoy es que el presidente de la Federación y otras personas dimitan».
Más allá del desenlace de ese conflicto, el presidente federativo ya ha manifestado que no piensa dimitir, lo cierto es que Ana Muñoz llegó a decir que entre Carolina y el presidente federativo, optaba sin dudas por la primera.
Según cuentan personas que lo presenciaron, este incidente provocó una llamada telefónica urgente de Miguel Cardenal a Ana Muñoz que fue bastante acalorada, pues el secretario de Estado le habría reprochado su posicionamiento al lado de la deportista, en lugar de manifestarse de forma neutral. Muñoz le habría replicado que sus palabras fueron pacificadoras y que no pretendió echar más leña al fuego, pero parece que no convenció a Cardenal.
A raíz del incidente cabe preguntarse cómo afectará esto al Consejo Superior de Deportes, sobre todo si tenemos en cuenta que coincide con el cambio de ministro.