En una carta abierta publicada en el diario La Vanguardia de este domingo, el presidente del F.C. Barcelona se reafirma en la decisión tomada acerca de la prohibición de acceso gratis a los menores de 8 años al Camp Nou, pero entorna el mea culpa de no haber ofrecido una alternativa cuando se comunicó tal prohibición.
«Habríamos querido aportar la solución a la vez que comunicábamos el problema de sobreaforo que nos ha originado el horario del clásico, pero encontrar esta solución requiere tiempo y superar dificultades operativas muy complejas».
Rosell reitera que «se trata de una acción preventiva de seguridad ante una clara situación de sobreaforo que nos exige ser responsables y cumplir con la ley vigente. Porque, como todos sabemos, la visita del Real Madrid supone un lleno prácticamente absoluto del Camp Nou», y recuerda que «la legislación exige que en cualquier espectáculo deportivo y cultural todo el mundo acceda con un título válido, ya sea entrada o abono y con un asiento asignado».
Y añadió: «Tenemos más de 20.000 socios menores de 8 años y queremos que sigan entrando en el Estadi gratuitamente, que sigan disfrutando de sus ídolos, pero que lo hagan con una entrada y cuando las condiciones de seguridad lo permitan. Y tiene que ser una solución que sea lo menos injusta posible con los socios sin abono que hace tiempo que esperan poder tener una localidad fija en el Estadi, y también con los socios menores de 8 años que tienen ya un abono que pagan sus padres, abuelos o familiares».
«Probablemente, esta solución implicará alguna incomodidad adicional y lo que es seguro es que supondrá renunciar a los posibles ingresos de las entradas que se reservarán para estos menores. Pero lo asumimos porque queremos hacer compatible que el Barça mantenga su condición de club familiar, en la que diferentes generaciones de culés pueden disfrutar juntos de su equipo, con la máxima seguridad y garantizando el cumplimiento de la ley», apostilló el presidente blaugrana.