La IAAF ha remitido también un informe sobre las anomalías del pasaporte biológico de la campeona del mundo de 3.000 obstáculos en 2009. En mayo pasado el diario El País reveló que los científicos de la IAAF tenían la sospecha de que la atleta podría haber recurrido a dopaje sanguíneo, EPO o autotransfusiones, en 2009.
En sus alegaciones, no estimadas por el grupo científico constituido en el seno de la IAAF, la atleta justificó una de las trazas que se salía del perfil con una enfermedad.
Los defensores de este método creen que el artilugio que mide los valores hematológicos —hemoglobina, reticulocitos…— en el tiempo y constata posibles oscilaciones, síntoma de manipulación externa, es irreplicable. El pasaporte biológico no busca una sustancia prohibida en el organismo del deportista, sino sus efectos.
Marta Domínguez podría ser sancionada con suspensión de dos años. Podría ser también desposeída del título mundial en 3.000 obstáculos, que ganó ese año en los Mundiales de Berlín.
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