Según la información que publica Diariodemallorca.es, los tres administradores judiciales que dirigieron el concurso de acreedores del Real Mallorca acusaron ayer al empresario Vicenç Grande de provocar la quiebra del club.
El empresario defendió su labor y aseguró a la juez que la situación económica cuando vendió las acciones del Real Mallorca era sólida y que no existía ningún peligro de que el club desapareciera. Reconoció que no llevaba la gestión diaria, lo hacía el gerente Pedro Terrasa, que solo le informaba de las operaciones por un valor superior a los 200.000 euros.
Sin embargo, los administradores acusan al empresario de no haber cumplido nunca el presupuesto anual y afirman que Grande pretendió llevar la gestión del club, entre 2005 y 2008, igual que administraba sus empresas.
Los administradores creen que no fue casual que Grande, al presentar el concurso del grupo Drac, no incluyera la empresa que era propietaria de las acciones. El empresario señaló que fue una decisión muy meditada y que no lo hizo porque entendía que la entidad contaba con solvencia económica para seguir adelante. Explicó que, a su pesar, tanto su abogado Joan Font como los administradores judiciales de Drac, le convencieron para que vendiera el club. Las vendió a Mateu Alemany por un millón y medio.
El juicio continuará hoy con la presencia, entre otros, de Mateu Alemany y de Pedro Terrasa, exgestores del club.