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La denuncia hecha pública por Paulo Futre el pasado fin de semana, acerca de la presunta compra por el Español de Barcelona del partido que jugó con el Atlético de Madrid en la temporada 90/91, ha producido estupor tanto en el mundo del fútbol como en la generalidad de los medios de comunicación, por lo extemporánea que resulta, dado el tiempo transcurrido, y el hecho de que algunas personas presuntamente involucradas ya han fallecido.
Futre reveló en el diario ‘Record’ un supuesto amaño que tuvo lugar en la última jornada de la temporada 90/91.
El que fuera jugador franquicia del Atleti confesó que Jesús Gil, entonces presidente, les «pidió» que no le ganaran al Espanyol. Y así ocurrió, salvándose los ‘pericos’ de jugar la promoción por el descenso.
El Atlético no se jugaba nada y, según el portugués, se dejaron perder ante el Espanyol, que sumó dos puntos que le sirvieron para salvarse de jugar la promoción por el descenso a costa del Zaragoza.
Diversos jugadores consultados por los medios se muestran estupefactos ante esta denuncia. No comprenden que un compañero con el que compartieron tantos momentos –buenos y malos- salga veinticuatro años después con una denuncia carente de veracidad y que sólo genera sufrimiento entre los afectados y sus familiares, además de poner en cuestión la limpieza del fútbol.
El propio Futre, a la vista del cariz que está tomando el asunto, ha matizado sus palabras en un artículo publicado en el diario Marca en el sentido de que no está seguro de si el expresidente rojiblanco Jesús Gil llegó a plantear a los jugadores el amaño.
«Sé que hay compañeros de aquel equipo que están asegurando que todo es mentira, que a ellos nadie les dijo que no ganaran aquel choque frente al Espanyol. Por eso quiero pedir perdón a todos esos profesionales. Porque es cierto que yo no sé lo que Jesús les dijo a ellos, si es que les dijo. Sé lo que me dijo a mí y por eso pongo la mano en el fuego», explicó Futre.
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