Según desvela la revista Interviú, tres días antes del partido entre el Levante-Zaragoza de 2011, que acabaría por descender al equipo gallego, el ex deportivista Sergio llamó al que fuera su presidente, Augusto César Lendoiro, para alertarle de que el partido estaba amañado: «Presi: vais a bajar, el partido está arreglado».
Como es conocido, el partido terminó 1-2 a favor del Zaragoza, resultado que certificaba el descenso del Depor.
Munúa, que también jugaba en el Levante y fue el portero del partido, tenía pasado deportivista y también mantuvo contactos con Lendoiro, quien le respaldo en el incidente con Aouate, afirma la revista.
La publicación de Interviú también desvela que, según la denuncia, Lendoiro preguntó a ex jugador por más información sobre el partido «arreglado». En la respuesta consta que Sergio Ballesteros, defensa y capitán del Levante en ese momento, fue quien organizó el cobro.
Cada jugador de la plantilla, jugase o no el encuentro, recibió 35.000 por el amaño. Ballesteros, actualmente retirado del fútbol profesional es, según la revista, uno de los investigados por la Fiscalía anticorrupción, junto a otros jugadores, miembros técnicos y directivos.
