El Real Murcia ha conseguido un balón de oxígeno por parte de la RFEF, al acceder esta a aplazar, al menos, el primer partido que debería disputar en Segunda B.
El objetivo -lógico- del club murciano es intentar conseguir una nueva cautelar por parte de la Audiencia Provincial, ante la que ha apelado el auto del juzgado de lo mercantil numero 7 de Madrid, del pasado 21 de agosto, que levantó la suspensión que pesaba sobre la sanción de descenso a Segunda B acordada por auto del 12 de agosto.
El comunicado publicado por el club ayer en su página web deja entrever que la batalla, en contra de lo que se creía, está aún lejos de ver su final. En el texto, el club presidido por Jesús Samper recordaba que el juzgado, en su auto con fecha de 12 de agosto reconocía que el control económico de la LFP era antijurídico e instaba a la Liga a inscribir al Murcia.
Además, volvió a mencionar el auto dictado por Sánchez Magro que advertía que la expulsión de la entidad grana de Segunda suponía un severo perjuicio económico, de reputación, de prestigio y moral para con el club, sus accionistas y sus acreedores, entre lo que, curiosamente, se encuentra la Agencia Tributaria.
El Murcia, en su intento de retornar ahora a Segunda A, contará con algo más de tiempo porque la Federación Española aplazó el primer partido liguero, que en principio debía disputarse este domingo contra el Logroñés en Nueva Condomina.
Jesús Samper trasladó al organismo presidido por Villar la solicitud de aplazamiento de varias jornadas, aunque en principio sólo se le ha concedido una.
El club espera que la suspensión se extienda, como mínimo, hasta la segunda jornada, en la que el Real Murcia debería visitar al Racing de Ferrol.